HAY QUE VIVIR

La Justicia esquiva la larga mano de la izquierda política

Nadie arrasa, todos ceden, la Justicia respira aliviada. Bolaños y Pons pasan el testigo a Perelló

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¿Son nuestros jueces independientes?

Habemus presidenta. Todos cantan victoria y eso, a estas alturas de degradación política, es bueno en sí mismo por una simple razón: con este acuerdo se acabó la posibilidad en algunos momentos demasiado real de que el Gobierno impulsara un cambio en la ley ... para nombrar un nuevo CGPJ de mayoría progresista que eligiera con sesgo ideológico el centenar de puestos vacantes en la cúpula de la judicatura. De modo que hoy hay que celebrar que la izquierda política haya alejado su larga mano de la Justicia. Aleluya.

¿Es inesperado el nombramiento de Isabel Perelló? Sí, aunque cumple los requisitos pactados entre el PSOE y el PP: mujer y progresista, cualidades que cumplían siete vocales, ni más ni menos, aunque ella nunca fue de las favoritas, que eran Pilar Teso y Ana Ferrer. El otro favorito, Pablo Lucas, ha sido vetado, pues, por su condición de hombre.

Importante: es la primera vez que los vocales han elegido a su presidenta. Fíjese, querido lector, que un prócer del Supremo decía en estas semanas de atasco en las negociaciones: «¿Pero por qué no han pactado un nombre como toda la p… vida?».

Los que la conocen dicen que es una mujer afable, dialogante, con buen carácter y buena relación con magistrados conservadores. Los progresistas me dicen que es muy de izquierdas y destacan que fue pionera en dictar sentencias contra agresiones sexuales ya en los años 80. Y que es catalana, sesgo territorial relevante a estas alturas. Los conservadores me añaden que es una profesional sólida, magistrada por oposición, aunque con poco carisma.

El ministro de Justicia, Félix Bolaños, siempre podrá decir que bajo su mandato se desbloqueó el Poder Judicial, y es verdad, aunque parece que Margarita Robles, esa ministra ajena al núcleo duro monclovita, ha movido sus hilos y le ha colocado a una de las suyas. En el Gobierno admiten que «el PP ha ayudado, pero el peor trago ha sido para la APM porque teniendo más del 50% de los jueces de la carrera tiene que aceptar una presidenta de Jueces para la Democracia, que representan al 8%». Y es verdad.

Desde el PP también están satisfechos con el pacto: diez vocales progresistas y diez conservadores, la primera vez que no hay nacionalistas en el CGPJ, el compromiso de reformar el sistema en seis meses (quedan cinco) y un valor clave en términos políticos: «El bloque de izquierdas se ha roto». Esto debe ser verdad, a tenor de lo que ha dicho Pablo Iglesias: «Hoy González Pons se está fumando un puro y Bolaños se vuelve a mirar al espejo del peluquero con cara de idiota». Y cuando el ciudadano Iglesias está enfadado es que la institucionalidad crece robusta. Le reprocha que no ha tomado la Justicia, así que Bolaños puede estar contento.

Conclusión, nadie arrasa, todos ceden, la Justicia respira aliviada y toca ponerse a trabajar. Ardo en deseos de escuchar el discurso de Perelló este jueves en la Apertura del año judicial. Ante el Rey.

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