hay que vivir

España 2008 VS España 2024

«Si jugara un partido la selección de Luis Aragonés contra el equipo de De la Fuente, ¿quién ganaría?»

¿Regular los medios? Virgencita, Virgencita

La memoria individual y el nuevo Schindler

El pasado viernes, antes de ganar la cuarta Eurocopa de nuestra historia, Juanma Castaño le preguntó a Íker Casillas en 'El partidazo' de Cope:

—Si jugarais vosotros en 2008 contra esta selección de De la Fuente, ¿quién ganaría? ... —Nosotros de calle —respondió Casillas.

La pregunta le picó en el orgullo a San Íker, que sigue siendo ese chaval sencillo que se atropella al hablar pero que aprendió a ser competitivo y que esa noche no dudó un instante la respuesta.

Nunca lo sabremos, a no ser que venga la inteligencia artificial y nos permita soñar con un partido de igual a igual entre los Casillas, Xavi, Iniesta, Ramos y Torres contra los Rodri, Yamal, Nico, Olmo o Carvajal. Yo daría un brazo por ver ese partido, aunque puestos a soñar casi preferiría que la selección de entonces fuera la de 2012, la que barrió a Italia del mapa en el estadio de Kiev. Y, ya de paso, le damos a De la Fuente y a sus chicos un tiempo para seguir mejorando, porque tengo la impresión de que lo que ha sucedido en Alemania no es más que el germen de algo mucho mayor.

Los paralelismos existen. El beso de Íker y Sara es hoy el baile de Lamine y Nico Williams, porque la selección de fútbol ha vuelto a ser buen rollo y alegría. Me pregunto qué peso tiene esto, el buen ambiente, en el resultado de un trabajo en equipo. Y otra pregunta: ¿qué posibilidades estadísticas hay de que después de la selección de las dos Eurocopas y el Mundial venga esta nueva generación de Luis de la Fuente? ¿Y de que después de una bendición como Rafa Nadal irrumpa desde Murcia Carlos Alcaraz? Porque menuda tarde nos pasamos el domingo ganando a los ingleses en el fútbol y en Inglaterra en el tenis. He de reconocer que el domingo, durante toda la tarde y buena parte de la noche, y como un buen caballero español, cada vez que tuve que ir al baño lo hice mirando a la pérfida Albión. Y a tenor de lo que tuve que beber para controlar la tensión fueron unas cuantas veces.

Qué gusto cuando irrumpe la mejor España, la ganadora, la de la sonrisa y, este fin de semana, la del éxito. Yo creo que esa es la España real, la que luce sus símbolos con naturalidad y orgullo, sin desprecios ni apropiaciones indebidas. La mejor España, la de Alcaraz y la de De la Fuente, la que sabe abstraerse del ruido, actuar desde las convicciones y canalizar el talento por el único camino honesto: el esfuerzo. Me pregunto también qué habría pasado hoy si en el mes de septiembre la Federación de Fútbol hubiera cedido a las presiones y hubiera despedido al entrenador.

Ante triunfos como este siempre recuerdo una frase que me decía mi madre: «El éxito solo va antes que el trabajo en el diccionario». Y eso es aplicable en todos los órdenes de la vida. Es la única forma de ganar de calle, también cuando rebosa el talento.

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