El PP blanquea a los golpistas

La línea de Feijóo se vale de argumentos sencillos de apariencia lógica, eso que llamaríamos 'de cajón': Junts y ERC son legales; Junts y ERC son tradicionales; Junts y ERC no son responsables del golpe, ni de sus prolegómenos, ni de sus consecuencias: lo son varios miembros (hasta diez) de esos partidos. Hasta aquí el escueto argumentario expuesto por Pons. Sin embargo, el argumento principal en el que confían no precisa formulación. Está en el aire. Se supone que los votantes del PP sobreentienden que, teniendo Junts la llave de la investidura, hay que intentar persuadirlos.

Lo de ERC es un relleno, son los papeles de diario recortados que usan los timadores del 'paquete chileno', donde el único billete de verdad es el de arriba, Junts. A diferencia de ERC, en Junts hay alguna probabilidad —bajísima, lejana y gaseosa, pero real— de dar la investidura a Feijóo en la segunda votación a base de abstenerse, o —más probable— de forzar la repetición de elecciones. Parece lógico lo del PP, ¿verdad? Pues no. En realidad es un error garrafal (político y ético) que además puede acabar con la única posibilidad que tiene Feijóo. Guardaba un boleto de la rifa en sus manos y lo va a romper. Me explico.

Si el PP se abstiene de hablar con los de Puigdemont, tanto este como el resto del mundo lo verá normal. Es lo que se espera. No propicia la ocasión de que les pidan el referéndum de autodeterminación ni la amnistía. Asunto aparte, de sumo interés, es qué lleva el PP en su maletín negociador, qué piensa proponer a Puigdemont (el único que manda en Junts). Sería bueno que nos lo revelaran, pero pierdan cuidado: Puigdemont lo hará tan pronto como ese 'diálogo' fracase, el prófugo es a veces una garantía de transparencia. Sigamos.

Al decir 'no' y 'no' a los dos condiciones 'sine quibis non' de Junts —la amnistía y el referéndum de autodeterminación—, el PP ya no será para Waterloo el espectador silente que podría llegar a gobernar si no hay acuerdo con el PSOE. Será un jugador más, un sujeto implicado que les ha ofendido prometiendo algunos indultos escalonados y algunas migajas presupuestarias. Pónganse (ya sé que es difícil) en la lógica de Puigdemont, que es la de todo o nada, la del que se tiene por líder moral, la del que se siente pisoteado y cree encarnar la verdadera legitimidad de Cataluña, la del que considera a ERC una pandilla de traidores que se han vendido, precisamente, a cambio de indultos, algo que él no acepta ni aceptará. Solo contempla la amnistía porque le da la razón en todo: nunca habrá delinquido, estos años habrán sido de persecución y exilio. De paso, someterá a España a un volantazo que la arrojará fuera de los carriles de una democracia liberal.

La única opción del PP está en no jugar, en no interactuar con Junts. Tampoco se trata de insultarles. Silencio, simplemente. Confiar en el fracaso de las negociaciones con Sánchez, que no está en absoluto descartado digan lo que digan los fatalistas, y asistir a la lotería de la segunda votación de Feijóo con el boleto en la mano. ¿Y por qué iba a hacer Puigdemont ese favor a Feijóo? Porque en su mente no sería un favor a Feijóo sino un castigo a Sánchez, a quien el de Waterloo detesta, mientras mantiene que a él Feijóo no le ha hecho nada: «Pedro Sánchez no será primer ministro con los votos de Junts». «¿Qué incentivo tenemos nosotros para hacer primer ministro a un mentiroso y a un incumplidor?» (Puigdemont, Ara, 15 de julio de 2023)

Por eso no es bueno que Feijóo sea el primer candidato designado por el Rey. Por dos razones: da menos tiempo a que Puigdemont comprenda que Sánchez le está estafando poniendo coletillas a las palabras que el huido quiere oír (amnistía, referéndum). Aunque Puigdemont sepa que trata con un trilero político, si su negociación con el PSOE dura más tiempo es más probable que entienda que ni siquiera Sánchez puede ofrecer un referéndum de autodeterminación. En cuanto a la amnistía, por supuesto Sánchez ha cambiado de criterio y ahora la ve posible «dentro del marco de la Constitución», remitiéndose a un TC que sabe suyo. Pero, ¿qué le garantiza al jefe de Junts que en el TC no surja un Manuel Aragón, alguien progresista (sea eso lo que sea) que se desmarca del PSOE? Por otra parte, Puigdemont puede ver un incentivo en la repetición electoral, creer que perjudicará aún más a ERC y le dará más ventaja a él en el espacio separatista. Pero, de nuevo, la repetición sería más fácil si pudiera rechazar primero a Sánchez, que es lo que le pide el cuerpo, y luego a Feijóo, dejando a ambos sin mayoría simple.

El PP ha optado por la peor estrategia, y la que más le contamina. Ahora ya sabemos lo que se puede esperar de Feijóo por lo que al secesionismo catalán respecta. ¿Legales? También lo es Bildu. ¿Tradicionales? La tradición de Junts es Convergencia, como la de Bildu es Batasuna. ¿Que han sido solo tres, cuatro, o diez personas las responsables del golpe? Mentira. Han sido Junts y ERC enteritos. Por otra parte, ¿no es Puigdemont, líder de Junts, una de esas personas? ¿No lo es Junqueras, líder de ERC? El PP, al blanquearlos, arroja piedras sobre su propio tejado.