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liberalidades

Épica y mensajes del último Sánchez

No es fácil encontrar a un socialista más afín al nacionalismo catalán

A favor de que enseñen las tetas (13/8/2023)

Un envilecimiento sin fin (11/8/2023)

Juan Carlos Girauta

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Qué susto. Estás tan tranquilo sesteando el agosto, escogiendo entre un libro sobre el cosmismo ruso y una serie israelí, y de repente ¡zas! Sánchez irrumpe de nuevo en la realidad. Sánchez es Sánchez, no vale la pena lamentarse de su jactancia, de sus ... lemitas, de su mala idea ni de sus proyecciones, que hasta cinco minutos antes del debate con Feijóo ni siquiera sabía lo que eran. Fuera quejas. Él mismo es la jactancia corporeizada, un mero emisor de lemas, una mala idea y una proyección, en otro sentido, de la España adherida a unas siglas con el engrudo del antagonismo y la simpleza. Él concita cada sed de venganza cuando todos han olvidado de qué se vengan. Aunque conservan las ganas. ¿A qué deplorar lo archisabido? Cualquier cosa antes que fatigar al lector. No hay lírica posible en el contradiós sanchista, que amenaza con perpetuarse. Pero sí podría haber épica en el modo de enfrentarse a él. Deberíamos rastrearla en la oposición.

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