POSTALES
Encuestas y nacionalidades
«Con un millón de pesetas, yo me comprometo a hacer una nación en el mismo Getafe», dijo Camba
En Roma, sé romano (8/4/2023)
La incógnita china (10/4/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEstamos en plena campaña electoral, con tres encuestas sobre los resultados no sólo de las municipales y autonómicas, sino también de las legislativas, a finales de año nada menos. Las tres colocan al PP en cabeza pero en una de ellas con el aliento ... del PSOE en su nuca, que permite imaginar que va a sobrepasarle. Siendo como son las encuestas la foto fija en un momento, la única forma de que sirvan de algo es como tendencia que se repite semanas y meses, pudiendo cambiar en cualquier punto debido a acontecimientos inesperados. Nos quedamos, por tanto, como estábamos en espera de próximos escrutinios. A mí me ha servido para recordar al mejor periodista español del siglo XX y de lo que llevamos del XXI. Me refiero Julio Camba, cuyas crónicas sobre países y pueblos son modelo de precisión, claridad e ingenio. Lo demuestra en un artículo, publicado en julio de 1918, bajo el titular 'La verdadera nacionalidad'. Andaba entonces por Galicia y le dio la idea algo que le dijo mucha gente. «Le somos una nación, ¿sabe usted?». Su respuesta fue «¿por qué no?», que ampliaba para el lector: «Y, en efecto, ¿por qué no? Una nación se hace como cualquier otra cosa. Es cuestión de quince años y de un millón de pesetas. Con un millón de pesetas yo me comprometo a hacer una nación en el mismo Getafe, a dos pasos de Madrid. Me voy allí y observo si hay más morenos o rubios, braquicéfalos que dolicocéfalos y otros rasgos corporales, para constituir la futura nacionalidad. Luego recojo los modismos locales para hacer un idioma y al cabo de unos años yo habría ganado una fortuna». A su interlocutor, nacionalista sin duda, no se le ocurre otra cosa que preguntarle «¿pero usted mismo es un celta?». A lo que Camba le suelta: «No, yo no soy un celta; acaso lo haya sido alguna vez pero en una época tan remota que no conservo de ello ni el más vago recuerdo». La conversación sigue sin llegar a un acuerdo aunque por fortuna no a bofetadas, como suelen acabar muchos debates y espero que mis amigos gallegos –pasé allí mi infancia y conservo recuerdos inolvidables– no me tomen a mal que haya usado a uno de sus escritores más ilustres para denunciar el afán disgregador que últimamente nos aqueja.
Es tal dicho afán que ya no se entienden ni dentro de la misma Comunidad e incluso dentro del mismo partido. Que izquierda y derecha no se entiendan es hasta cierto punto lógico. Pero que las distintas facciones dentro de ellas empiecen a mirarse como enemigas más que como aliadas es preocupante. Como si no tuviéramos bastantes desafíos: el cambio climático, las hambrunas en zonas del Tercer Mundo y barrios del Primero, el paro juvenil y adulto, la violencia contra las mujeres y la incapacidad de llegar a un acuerdo sobre ella... Que el 'solo sí es sí' se haya convertido en un 'no es no' es sintomático. Uno vuelve la vista atrás y se encuentra con prácticas, como el realquiler de habitaciones, el pluriempleo o las colas del hambre, que creíamos desterradas. Pero han vuelto. Y, encima, nos dicen que todo va bien. No quiero ni pensar cuando vaya mal.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete