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Las cuentas de Pedro Sánchez
Los manguerazos de dinero no sudado crean inflación, cáncer de la economía
Cui prodest? (12/6/23)
Acuerdo en desacuerdo (11/6/23)
Decir que Bruselas está financiando la campaña electoral de Pedro Sánchez es, técnica y políticamente falso. Lo que viene haciendo la Comunidad Económica Europea tras el fracaso de combatir la gran crisis de 2008 con medidas rectrictivas fue todo lo contrario: crear unos fondos de ... recuperación, que ayudaran a los países más afectados a salir del atolladero. Un plan Marshall reducido, podría llamarse. Y si España no participó de aquél, fue una de las mas beneficiadas de éste: nada más y nada menos que 160.000 millones de euros, de los que ha recibido 69.000 a fondo perdido, es decir, gratis, a los que hay que añadir 84.000 como préstamo a devolver con intereses y 7.700 millones en ayudas no reembolsables. El mejor fichaje que hizo Sánchez para su gabinete fue el de Nadia Calviño. El chorro de dinero que empezó a llegar a España se debe principalmente a ella y es lo que ha evitado la depresión que muchos predecían, aunque nuestro 'lobby' en Bruselas, encabezado por el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, contribuyó y ahora quiere fortificarse con Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, que aspira a suceder al italiano Andrea Enria, al frente de uno de los cargos más poderosos: la presidencia del consejo supervisor de BCE.
Si soy tan meticuloso en los detalles es porque, según parece, Nadia Calviño quiere volver a Bruselas. Lo indica que no haya querido competir en las elecciones como la mayoría de sus colegas de gabinete, que acaparan los primeros puestos en las listas. Las causas no las ha explicado. Pero que participa en la campaña electoral con el mayor ardor lo demuestra que haya pedido un debate con el equipo económico de Feijóo y que haya orientado 100.000 millones de los fondos europeos a puntos claves del programa electoral de Pedro Sánchez. ¿Tiene algo que ver con que los ha distribuido sin el acuerdo con las autonomías? ¿O que el Gobierno del que forma parte agota el margen del Estado como avalista y engorda la deuda «durmiente» de España? No lo sabemos, ni es probable que lo sepamos hasta que comprobemos si el maná de Bruselas se acaba y podamos vivir sin él, o nos arrolle de nuevo la crisis.
Porque al mismo tiempo que nuestro presidente presume en cada mitin de las mejores cifras económicas en Europa, se anuncia que la Eurozona ha entrado en recesión. Ya en el último trimestre de 2022 se salvó por los pelos, sólo 0,1 por ciento de crecimiento. Pero en el primero de este año aparece estancado, lo que significa una recesión técnica. ¿Y quiere el presidente que nuestra economía marche mejor que la alemana? Porque oyéndole, da la impresión de que vamos a ser la locomotora de Europa. Lo único que puedo decir al respecto es que cuando hablo con familiares y amigos alemanes, sus palabras exhalan pesimismo. Mientras, en las cuentas de Pedro Sánchez falta siempre un factor importante: esos manguerazos de dinero no sudado crean inflación, cáncer de toda economía. Aunque cuando se metastatice, él puede estar en cualquier puestazo internacional. O intentando volver a La Moncloa.