la suerte contraria
Juana no está en mi casa
El hecho es que hay un niño en riesgo de ser secuestrado por su madre
Un país de cigarras
Nosotros, los superiores
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Iniciar sesiónLa mayor prueba de que el feminismo no busca la igualdad es que, un día como hoy, no estén todos los juzgados de familia de España tomados por feministas con pancartas de apoyo a Francesco Arcuri, el padre de los hijos de Juana Rivas. Si ... el feminismo realmente persiguiera la igualdad se volcaría con los padres que la exigen y despreciaría tanto a las mujeres que la imposibilitan como a las instituciones que las apoyan. Al contrario, lo que parecen decir es que asumir tus obligaciones como padre está bien solo si no quieres hacerlo, en cuyo caso te obligan. Si quieres asumir tu parentalidad en una custodia compartida –exclusiva, en el caso de Arcuri– pasa automáticamente a estar mal, porque, en su delirio, lo que estás buscando en realidad es no pagar pensión. No sé si se dan cuenta de que esta reflexión –además de miserable– es reversible y, bajo el argumento de que el hombre quiere la custodia compartida para no pagar pensión, se oculta el oscuro hecho de que la mujer, en realidad, se opondría para recibirla.
El hecho es que hay un niño en riesgo de ser secuestrado por su madre, que ya fue condenada a cinco años de prisión por sustracción de menores y a seis de inhabilitación para ejercer la patria potestad. El Juzgado de Primera Instancia de Granada ha cerrado a Rivas la última vía judicial y confirma la resolución de la Corte de Apelación de Cagliari, que ordena que la custodia del menor le corresponda en exclusiva al padre. Ante este hecho, la ministra de infancia, Sira Rego, no se pone de parte de la sentencia que protege al menor, sino de quien amaga con secuestrarlo. ¿Por qué? Porque el menor le ha mandado una carta explicando que su padre es muy malo y su madre Santa Catalina de Siena. En realidad, que un menor envíe una carta a una ministra no debería ser indicio de ninguna otra cosa más que de una manipulación por parte de la madre y de un síndrome de alienación parental de manual, lo que ratificaría la sospecha de que la sentencia es adecuada. Pero el ministerio de Rego niega la existencia de ese síndrome, no solo en este caso, sino en todos, garantizando así a las madres que lo deseen que puedan seguir poniendo en riesgo el desarrollo afectivo y psicológico de sus hijos al enfrentarlos a sus padres para obtener ventajas en los procesos de divorcio.
La ministra de infancia no solo obvia la sentencia y el supremo interés del menor, sino que desprecia la igualdad real entre hombres y mujeres. Ahora vemos que cuando PSOE y Podemos se manifiestan contra la 'custodia compartida impuesta' lo que quieren decir es que la custodia compartida solo cabe si le sale de las narices a la madre, que es la propietaria de los hijos. Bien, pues a pesar de los lobbies feministas, hoy las compartidas ya suponen la mitad de las custodias. Los que defendemos el derecho de los hijos a desarrollarse con un padre y una madre teníamos razón. Y la seguiremos teniendo, demostrando de nuevo que la sociedad progresa, no gracias a los 'progresistas', sino a pesar de ellos.
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