LA SUERTE CONTRARIA

La derecha huérfana

Me he cansado de pedir una derecha culta, liberal, capitalista, institucional, antinacionalista y abierta

No es suficiente

Buena suerte Morante

El día que el PSOE se echó en manos de partidos comunistas y populistas, vendió su alma. En asuntos de traición no existe la venta a plazos y, cuando te dejas de respetar, lo haces para siempre. No hay marcha atrás porque el alma es ... como la virginidad: solo se pierde una vez. Cuando un día te das cuenta, el remordimiento te sacude por dentro y la querencia te hace querer volver al punto de partida. Miras entonces hacia atrás como se mira la foto de uno mismo en brazos de su madre. Y comprendes que ya es tarde para eso, que solo hay segundos que se suceden y que ya hemos partido. Para protegerte intentas convencerte a ti mismo de que lo que has hecho es normal y que tampoco es para tanto. Y, de modo inconsciente, intentas corromper a tu entorno para que tu vulgaridad se diluya, como esos cocainómanos que acaban relacionándose solo entre ellos para no enfrentarse al reproche que surge de una nariz limpia.

De ahí no se puede salir. Y todo va a peor. Hasta el punto de que el PSOE es hoy el partido con el alma más populista y antidemocrática de España. Todo aquello que nos aterra de la extrema derecha –límites a la libertad de expresión y de prensa, control y amenazas a los jueces, conversión de la Fiscalía en comisaría política, intervención en el accionariado de las principales empresas, políticas filonacionalistas, señalamientos públicos y un profundo desprecio a la Constitución– ya lo ha hecho el PSOE. Lo de la extrema derecha es potencial; lo del PSOE es real. No es algo que pueda pasar: es algo que está pasando. Y que ha provocado que el PSOE clásico salga despavorido al sentirse huérfano. Los Felipe, Guerra, Redondo, Leguina, Lambán, etc, lo critican y se enfrentan a quienes les han abandonado. Esto genera una corriente de simpatía en la derecha, que los ve como gente con la que se puede no estar de acuerdo, pero que conserva la dignidad. Y no nos damos cuenta de que si el PP toma ciertos caminos va a provocar una oleada simétrica en su espacio político, es decir, un movimiento de votantes huérfanos que se alejen definitivamente del centro derecha si esta calla, otorga y compra las tesis de aquellos que le quieren robar el alma.

El PP debe aclarar a dónde va y con quién. Yo ya me he cansado de pedir una derecha culta, liberal, capitalista, institucional, antinacionalista y abierta, algo totalmente compatible –es imperativo que lo sea– con la defensa de España, de la vida, de la familia y de la justicia social. Si en lugar de eso se echa en manos de ideales reaccionarios, nacionalistas y xenófobos, en motosierras anarcocapitalistas, en éticas puritanas, en Bukeles y en beatillas tridentinas, dejarán el país definitivamente en manos de Sánchez. Porque muchos se irán. Es el momento de abandonar los complejos y las ambigüedades. En caso contrario, veremos a esos millones de huérfanos reservando sitio los jueves en el Ateneo para presentarnos libros unos a otros y hablar entre nosotros de lo del alma y la virginidad. Que tampoco es mal plan.

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