LA SUERTE CONTRARIA
Narciso en el Manzanares
No existen la resistencia perpetua ni el éxito constante. Todo éxito es provisional y el mundo no se divide en ganadores y en perdedores
Crítica de la razón impura
Recuperar la dignidad y la memoria
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Iniciar sesiónNo hay final más perfecto para Narciso que ahogarse en un baño de masas. La imagen sirve con independencia de la decisión que tome nuestro presidente fijo discontinuo. Si se queda, lo hará sepultado por toneladas de vergüenza ajena. Si se va, lo hará ... arrastrado por el chorro que sale de la compuerta de esa presa llamada Ferraz, un embalse del Plan Badajoz con su culto al líder, sus planteamientos abiertamente fascistas y esas corrientes subterráneas tan peligrosas de los pantanos. El ahogamiento ha tenido lugar este fin de semana, con Pedro mirando esa paletada que le han montado a medio camino entre el cumple de Kim Jong-un y la llegada del alcalde en 'Amanece que no es poco'. Honestamente, después de eso ya da igual lo que haga. El daño está hecho. Comenzó él mismo con esa carta fuera de lugar, no solo para el presidente del Gobierno de una democracia occidental sino para cualquier persona con más de quince años y de quince lecturas. Siguió con la payasada peronista de darse cinco días para que el pueblo saliera a la calle a gritarle: «¡Franco, Franco, Franco!». Pero la gente ya no quiere ser extra de escenitas del No-Do y prefirieron, qué sé yo, pelar patatas. Y del resto se han encargado sus enemigos, esos que han sido incapaces de decirle la verdad, que no han tenido el valor de advertirle de su deriva y que ahora levantan el puño y se reparten sus túnicas ofreciéndonos escenas como de boda a última hora, cuando el padrino se pone la corbata en la frente y canta 'Gavilán o paloma'.
El prestigio –de existir– es irrecuperable y no hay nadie que pueda confiar en él, ni el plano nacional –sus socios, su Gobierno, su partido– ni internacional. Nadie puede llegar a un acuerdo serio con un hombre imprevisible y que ha dado muestras tan evidentes de inestabilidad. Y no pasa nada por pasar por un mal momento, ¿a quién no le ha pasado? Lo digo con la mejor voluntad, es posible que Sánchez sea hoy un hombre herido, deprimido y tocado anímicamente. Tengo mi opinión de cómo ha llegado a este punto, pero ni hoy es el día de dar lecciones ni yo soy quién para hacerlo. En cualquier caso, le toca apartarse y recuperarse. Y al resto, en caso de duda, guardar silencio, no hacer desplantes ante un toro moribundo y no ensañarse con lo ocurrido en la semana grande del sanchismo. Por su parte, que queme de una vez ese manual de resistencia. La verdad es que no existen la resistencia perpetua ni el éxito constante. Todo éxito es provisional y el mundo no se divide en ganadores y en perdedores. Lo que hay es gente que a veces gana y a veces pierde. Y el resto es literatura barata, gilipolleces de 'psicokillers', fallas profundas en el alma.
Por el bien de todos, espero que se vaya. Y que se recupere. En ese orden. Me preocupa más el PSOE que deja. Cuesta creer que el partido que una vez modernizó España se haya convertido en esta caricatura iliberal, inculta y fascistoide. Si no lo entienden rápido, quizás acompañen a Narciso en el Manzanares. Una especie de Jonestown. Pero con pecina.
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