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la suerte contraria

Una cura de humildad

Nunca entenderán que no sirve la voluntad, que el ser humano es una sabandija y que, precisamente por ello, hay que limitar su poder

José F. Peláez

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La mayor enfermedad del progresismo es el voluntarismo, esa manera pueril de ver el mundo que les hace pensar que todo tiene solución y que es sólo –'Vive la résistance' solotildista– cuestión de voluntad, de 'voluntad política', que es una entelequia con pinta de tarotista ... de feria, pero encarnada en un profesor de ética enrollado, con cuello vuelto y esa cadencia que tienen al hablar. Porque los podemitas tienen un acento propio, un ritmo concreto, un dialecto que los descubre y que no tendrá jamás un socialista, tan del campo, tan de gamba blanca, tan de encierro. No les delatan solamente las cosas que dicen sino, sobre todo, cómo las dicen, esa prosodia, ese 'tumbao' que tienen los peronistas al caminar.

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