La suerte contraria
Con la Constitución y la democracia
No se trata de poner límites a Sánchez, sino de que el sistema nos defienda del político que prevarique
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Iniciar sesiónEsto no va de derecha contra izquierda: ayer quedó claro que es la democracia lo que está en juego. Estamos gritando para defender una España en la que se pueda ser de izquierdas o de derechas, nacionalista o no nacionalista, liberal o socialdemócrata. Porque ... cada uno puede creer en lo que quiera, pero dentro de la ley y de los más elementales cimientos de las democracias liberales, es decir, del Estado de derecho y la separación de poderes.
Estamos gritando para defender la Constitución. Dentro de ella se puede defender casi todo, porque no tiene ideología y esa es la garantía de que cada uno pueda tener la que quiera. Eso sí: cumpliendo la ley y pactando sólo dentro de ella. Esas son las reglas del juego. El problema es que España es un tejado a dos aguas donde nadie se pone de parte del árbitro. Pero eso es lo que pide el momento histórico, que nos pongamos de parte de las reglas del juego y las defendamos. Esto incluye defender a la Monarquía de los ataques, vengan de donde vengan. Porque el Rey no solo no puede hacer más de lo que está haciendo: es que, además, no debe. De momento.
Una vez aseguradas las reglas habrá tiempo para que cada uno intente ganar el partido. Pero, de momento, el partido es la defensa de la democracia y de la libertad a través de la Constitución. Por eso no se trata de detener a Sánchez a cualquier precio… y luego ya veremos. Se trata de detener a Sánchez desde el Estado de derecho y para defender la Constitución. Los bandos, por lo tanto, son constitucionalistas vs. no constitucionalistas. En el de los constitucionalistas caben los votantes socialistas que no quieran formar parte de este delirio y no caben los antisanchistas que quieran un cambio de régimen. Porque no se trata de poner límites a Sánchez, sino de que el sistema nos defienda del político que prevarique, sea del partido que sea. El PSOE está a una semana de hacerlo. Cuando suceda, la Fiscalía estará obligada a actuar contra ellos. Y, como no lo hará, el Supremo deberá actuar contra la Fiscalía. Y contra el TC si también prevarica. Y contra todos los que hayan atentado contra la democracia. Pero no podrá si esos mismos políticos pronuncian antes la palabra mágica 'lawfare'. Porque aquí termina en la cárcel hasta el Supremo.
El PP debería anunciar que, cuando gobierne, tramitará una ley de memoria democrática que juzgue a los que hoy están actuando contra la ley, es decir, contra el pueblo del que emana. Y anunciar un cordón sanitario al PSOE hasta que vuelva al Estado de derecho. Me dirán que no sirve de nada poner un cordón a quién ya te lo había puesto a ti. Claro que sirve: demuestras que son ellos los aislados. Y avisas que esto va en serio. Que están a punto de romper el sistema y la nación. Y la historia nos enseña que eso no se puede hacer sin violencia. De hecho, el PSOE ya la está usando al destrozar el Estado de derecho. Han roto la convivencia y hay lugares de los que no se vuelve. Así que ya sabes por quién doblan las campanas.
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