la suerte contraria

Activar la mayoría de derechas

Que la confluencia táctica se limite a la política real no es malo

Los resultados de las últimas elecciones generales conformaron un Congreso con una inequívoca mayoría de derechas, que, si bien no sirve para investir a un presidente alternativo, sí que sirve para sacar adelante algunas leyes. Esto no es una entelequia ni algo teórico sino, muy ... al contrario, algo que en la práctica ya se ha demostrado factible. Ante este hecho incontestable, resulta evidente que dicha mayoría debe comenzar a trabajar sin descanso para tramitar proposiciones de ley en materia económica y fiscal desde ya, una detrás de otra y sin demora. No lo van a tener tan fácil jamás.

Damos por hecho que el procedimiento legislativo se limita a los proyectos de ley que el Gobierno lleva a la cámara. Pero no es así. También los diputados y senadores pueden presentar proposiciones de ley que, una vez tomadas en consideración por la mesa y debatidas en pleno, se tramitarán y votarán como cualquier otra iniciativa legislativa. Como el Congreso permanece sin actividad hasta febrero –algún día habrá que pensar si es admisible un Gobierno como este sin ningún control durante mes y medio– el PP debería dejarse de chistecitos tontos, de discursitos ridículos y de bromitas de tuitero y ponerse a trabajar de una vez en un calendario legislativo junto a la mayoría alternativa. No es sencillo porque esto deja a Junts y a PNV como centro de la acción política, pero desengáñense: ya lo son. Ambos partidos se asocian con PP y Vox para sacar adelante su programa económico y con Frankenstein para todo lo referente al programa guerracivilista y constituyente. Es una geometría variable en la que ellos siempre ganan. Pero si se abre la oportunidad de parar uno de los brazos de la acción política del gobierno, es su deber intentarlo. Es más, no se entendería lo contrario.

Aunque en la mayoría de casos los acuerdos se limiten a lo económico hay algo más en lo que estos partidos confluyen: pese a todas las diferencias y matices posibles, los cuatro creen que es necesario endurecer los requisitos de entrada y combatir la inmigración ilegal. Y el hecho de que Junts y PNV firmen algo no debería suponer un problema para que lo haga Vox. Desde luego, no es admisible que los de Abascal se planten ante una bajada de impuestos, ante un paquete de ayudas al campo o ante una ley de ayuda a las empresas solo porque Junts también la firma o porque lo consideren insuficiente.

Que la confluencia táctica se limite a la política real no es malo. Además de librarnos de las políticas económicas de la izquierda, nos libra de la política de batalla cultural, de la derecha woke y del tam-tam identitario de unos y otros. Entre ellos se anulan, dejando al PP una gran oportunidad, si es capaz de verla y de ponerse a trabajar en serio y dejar de soñar con polvorones y con mociones de censura. Si existe una opción de elecciones anticipadas, desde luego vendrá porque Sánchez necesite detener el coladero de leyes que supone su minoría en ambas cámaras. Y si no anticipa: ¡Derecha, a legislar!