LAPISABIÉN
Cuando fuimos los mejores
Esa desidia del bipartidismo de entonces por todo lo que sonara a España.
Sobre un 'plasta' por Madrid (3/11/23)
Santos sin hornacina (29/10/23)
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Iniciar sesiónEl problema son las tragaderas endémicas; de Canfranc a La Línea. Los salones barceloneses de Gracia donde se secreteaba, los hechos diferenciales, los 'Pujoles' en el Aneto y el padre de familia ahogado a mitad de mes. Qué España nos hemos tragado; de siempre ... con los nacionalistas sacándonos las túrdigas con los Presupuestos. Ya, instalada la infamia moral del sanchismo, con los etarras canjeados por esos mismos Presupuestos, y los periféricos devenidos en cuervos negros irredentistas de su cortijada, de su mafia. Hoy mismo, dándoles lo imposible, que se podrá, en esta hora de nuestra muerte y amén. España dirá basta con el sabor a bilis y a heces al levantarse de una mala siesta; pero será tarde.
Será tarde, o no, pero hasta Guerra le confesó ayer a Ignacio Camacho que el error es flamear la banderita cantonal: andaluza o berciana. Y yo añado que hay pecado en esa desidia, bien encausada por aquel bipartidismo tranquilo, que hacía que todo lo que sonara a España fuera kitsch, flamenquillo y centralista. Resabios de «épocas pasadas».
El milagro español era olvidar todo y fiarse de la locomotora catalana, que más que locomotora era tocomocho, y ser feliz en los campos de Andalucía con la 'bienpagá' peonada de votar a los de siempre y pasar las horas apostando al dominó en la Casa del Pueblo. La tierra para quien la trabaja y el carnet del PSOE-A como arma cargada de futuro.
El Perú se jodió hace mucho; antes de que Rubiales fuera monaguillo, mas las costuras de la Constitución nunca imaginaron que llegaría un perfil psicológico como el de Sánchez, ni quizá nadie. Ni el lucero del alba, ni Marcelino Camacho, ni Labordeta, ni Suárez, ni Torrijos antes de caer «junto a la mar bravía» podrían prever esta calamidad.
La foto de Bolaños, esa 'lucecita de la Moncloa', y de Junqueras sonriendo nos perseguirá siempre. Como la del muerto en la casa que aún nos mira, quizá con la lástima retrospectiva. La otra, habrá que colocarla al lado del torito: encima del televisor por el que TV3 nos dirá si somos colonos, esclavos o pagafantas.
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