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lapisabién

Dolor cuatricómico

Jesús Nieto Jurado

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La muerte de Ibáñez vino a resonar en las conciencias y en los mocos, alguna lagrimilla 'me se« corrió cuando la mocedad vino al encuentro un sábado ardoroso. Hacía calor, no nos iba mal en el Tour, en Correos andaba la cosa entre el caos y el Apocalipsis ... , y llegó la noticia. Dolieron los viejos tebeos, tembló la infancia, ese color cuatricómico que fue siempre algo más que humor o narrativa y que lo que destilaba era más bien un espejo de nosotros mismos. Ibáñez, con los moños de las viejas barriendo las polillas y las telarañas en un edificio que era igualito al Estado de las Autonomías repicaba el problema de España, tratado con guasa y verdad. Picaresca y botijo.

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