EN OBSERVACIÓN
Sánchez, del 'lawfare' al 'apreteu'
El Ejecutivo llama a la revuelta en nombre de un pueblo ficticio
Ábalos en Cantora
Te lo juro por Hamás
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónA León XIV se cansaron de buscarle las vueltas ideológicas y las hechuras morales a los cuatro o cinco días de su elección, a primeros de mayo. Tras el excéntrico papado de Francisco había interés y prisa en saber de qué pie cojeaba el nuevo ... Obispo de Roma. «Zapato rojo, zapato negro, lo importante es que pise callos», solía decir su predecesor, cuyo lema pontificio –«Malo mortua quam simplex», antes muerta que sencilla, en cristiano– había puesto muy alto el listón del populismo. Frente a la soberbia, discreción; tras el aspaviento, recogimiento; contra la logorrea, reflexión. León XIV era un señor muy aburrido, tanto que a través de los medios generalistas no le volvimos a ver el pelo que le asoma bajo el solideo hasta el 1 de junio, cuando, ya como simple celebridad, recibió y bendijo a los ciclistas del Giro, que se pasaron a saludar. El azar ha hecho coincidir el infame final de la Vuelta a España con la publicación de la primera entrevista que concede el Papa León, en la que desliza una advertencia del tamaño de una basílica mayor: «Si miramos a muchos países del mundo hoy en día, la democracia no es necesariamente una solución perfecta para todo».
Tampoco el secular modelo vaticano de monarquía electiva es «la solución perfecta para todo», pero visto y rebobinado lo sucedido el pasado domingo desde que Pedro Sánchez azuzó a su rehala –«Somos perros», dijo una alta podenca de Ferraz– hasta la magna expresión de civismo exhibida por quienes a media tarde derribaron las vallas para ponerse en el lado correcto de la historia, conviene andarse con ojo en previsión de males mayores.
Como el 'socialismo real', que era otra cosa, la 'democracia real' de Pablo Iglesias consistía más o menos en esto. Sánchez plagió su tesis doctoral como ensayo general de un ejercicio continuado de apropiación que en función de sus necesidades –presidente 'cum laude' y 'ad perpetuam'– lo ha llevado a incorporar a su praxis política cualquier elemento que haga dudar de la democracia como «solución perfecta para todo», que dice el Papa desde el lado incorrecto de la historia, detrás de la valla y aplaudiendo al pelotón.
A Podemos le cogió prestado Sánchez su «Rodea el Congreso» y su «No nos representan», con los que el domingo quiso medir sus fuerzas en el centro de Madrid, y de los golpistas del 'procés' primero se quedó con la cosa del 'lawfare', comodín del imputado antes de ser condenado, más tarde indultado, y ahora con el 'apreteu' de Quim Torra, grito de guerra de quien desde el poder ejecutivo llama a la revuelta popular en nombre de un pueblo ficticio. Obsesionados con mentar la bicha de ETA, se equivocan quienes reinterpretan el aquelarre propalestino con una presunta 'batasunización' que carece del elemento esencial de la clandestinidad que caracteriza al terrorismo, ya sea de alta o de baja intensidad. Es el presidente del Gobierno el que sin pasamontañas prende la mecha –hace dos días de un petardo, simple chupinazo de aviso– y legitima la violencia como derecho fundamental, tan fraudulento como el lado correcto de una historia prescrita a conveniencia de parte.
Como aficionado al ciclismo y la ciencia política, monarca absoluto en un mundo de democracias cada vez más reales, el Papa sigue el final de etapa apoyado en la valla.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete