EN OBSERVACIÓN
Extrañas en un tren
La inteligencia artificial como pequeño electrodoméstico, sección de Hogar
Indecisión demoscópica o síndrome de Zampo
Ferraz 70, lugar de Memoria Democrática
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCogieron el tren antes de llegar a Alcázar de San Juan. Madre e hija. Debió de ser a la altura de Valdepeñas o Manzanares, tanto da. Media distancia. Las acompañaba una amiga de la menor, cuya carta de presentación a bordo del vagón fue ... subir el estor de la ventana para que el sol de junio –son las cinco de la tarde y todavía no me he puesto protector, diría Pedro Sánchez– calcinara a los pasajeros con asiento de ventanilla. La muchacha estaba en esa fase de la adolescencia en la que no sabe uno si ponerse a educarla sobre la marcha o evitar con el freno del silencio males mayores. Optamos por la segunda opción, siempre recomendable, antes de reparar en que la protagonista del cuadro no iba a ser precisamente la joven, ataviada con uno de esos tejanos recortables que desde hace unas temporadas, bajos fondos de armario, han hecho del tanga una prenda de abrigo. Era la madre, a nuestro lado, localidad de sombra, la que iba a dejarnos helados con su actitud y su actividad.
Mira que hemos publicado Terceras sobre la inteligencia artificial, y mira que el Papa León ha cogido, nada más tocar pelo y moqueta pontificia, la perra de alertar al conjunto de la Iglesia sobre el riesgo que representa una herramienta concebida para sustituir al humano en un juego de poder, también negocio oligopólico, donde a la postre es un nuevo dios el que emerge en la pantalla para decidir por nosotros, sin margen para el árbol de la sabiduría y el libre albedrío que consagraba la Escritura. Mira que los más brillantes pensadores de nuestro tiempo han dado vueltas a la alcayata de la que cuelga el monigote de un ahorcado que ya somos todos, y mira que incluso la propia inteligencia artificial nos brinda respuestas –voy a ser buena, podéis estar tranquilos; más o menos como Hal 9000 en '2001'– sobre lo que tiene pensado ser y hacer de mayor. Mira que nos lo tenían dicho, pero hasta que uno no lo ve con las gafas de cerca, oteando la pantalla ajena, no percibe el alcance de una amenaza ya consumada. Esto se va a tomar por culo –«Give me crack and anal sex»–, tal y como anunció Leonard Cohen en 'The Future': «Se acabó. No va más. Las ruedas del cielo se paran, sientes la fusta del diablo. Prepárate para el futuro: es asesinato».
Visiblemente desbordada por el ciclo de la adolescencia que atraviesa y padece su hija, lo más normal del mundo, la madre pregunta de forma obsesiva a Chat GPT. «Tú eres la figura emocional fuerte y contenedora», responde la máquina. «Cuida el vínculo, pero con límites», sugiere. «Recupera tu autonomía emocional como madre», sigue la IA. «Algunas ideas para que poco a poco baje esa coraza», receta el cacharro. «Se ha hecho un tatuaje sin permiso y es menor de edad», escribe la madre, descompuesta. «No trae a casa a todos sus amigos», añade la pobre mujer, que no deja de responsabilizar al padre de la menor de la crisis que tanto le perturba. La niña, mientras, juguetea con su amiga. De vez en cuando vuelve la cabeza, pero la madre sigue a lo suyo, de forma compulsiva. Así estuvo hasta más o menos Aranjuez, cuando cerró la IA y se metió en la web del El Corte Inglés, buscando con el mismo desasosiego adolescente lo que ni siquiera ella sabía que quería.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete