parrillada mixta
Corre, Forrest, corre
El Pedro Sánchez Point no responde a ninguna coordenada espacial, latitud y longitud, sino temporal, y se sitúa aproximadamente en la mañana del pasado jueves
Ferraz 70, lugar de Memoria Democrática
Matrix y Tetris de Pedro Sánchez
Muy concurrido por los peregrinos de la nostalgia, el Forrest Gump Point es el lugar exacto en el que el protagonista de la película de Robert Zemeckis se detiene, da media vuelta y deja a los apóstoles que lo seguían con la boca abierta, sin ... brújula que los oriente ni mesías que los conduzca por las carreteras de Estados Unidos. El Pedro Sánchez Point, más nuestro, no responde a ninguna coordenada espacial, latitud y longitud, sino temporal, y se sitúa aproximadamente en la mañana del pasado jueves. De fondo no suenan, como en la obra de Zemeckis, clásicos de Fleetwood Mac, Willie Nelson o Jackson Brown, sino canciones de los Planetas y de los Killers, los primeros por Sánchez y los segundos por Begoña, que fue a verlos al FIB en avión oficial y que aquí hace las veces de la Jenny de Gump, Forrest Gump.
«Silencio. Va a decir algo», murmuran en retaguardia quienes seguían a la carrera y a ciegas a su ídolo. «Estoy muy cansado, creo que iré a mi casa», responde el protagonista del referido peliculón, en cuya versión sanchista el hogar familiar de Greenwoob (Alabama) es sustituido por una finca en Quintos de Mora (Toledo).
A la altura del Pedro Sánchez Point, mañana del pasado jueves, los relatores de las gestas presidenciales se quedan de una pieza cuando emergen las grabaciones de Koldo y, en un acto reflejo, imitan a su caudillo y comienzan a autoflagelarse y mortificarse en unas tertulias televisivas convertidas a lo largo de tres días y tres noches –las mismas que pasó Sánchez en su Greenwoob toledano– en celdas penitenciales. Los golpes de pecho de los corredores de fondo y progreso duraron exactamente lo mismo que la aflicción del secretario general del PSOE: el lunes a las cinco de la tarde, y en ayunas, se les pasó de repente el disgusto y esa misma noche comenzaron a reponerse. Que si el PP, que si un respeto para las mujeres, que si no eran tres sino dos los de la banda de los aluniceros del Peugeot, que si los corruptores, que si la ultraderecha y todos tan contentos. Ese lunes hicieron merienda-cena y se fueron a la cama mucho más tranquilos, como cuando firmaron el manifiesto contra los bulos.
Hay por ahí una serie documental sobre Sánchez, 'Las cuatro estaciones', en la que no aparecen unos relatores de fondo sin cuya presencia resulta imposible explicar España y que en 'Forrest Gump' salen, mejor verlos, fidedignamente retratados.
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