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parrillada mixta

Cerdán ya es pop

«Si necesita tabaco, que lo pida», dice Pedro Sánchez en referencia al prisionero de Soto del Real

A cada Sánchez le llega su Ventorro

Maldito sea

Jesús Lillo

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El pop es básicamente consumo, alpiste industrial y pienso para una rehala doméstica a la que se le junta el hambre con las ganas de comer, como a Pedro Sánchez cuando dan las cinco de la tarde, pero con un aparente sustrato cultural que lo ... dignifica y que a veces le permite la crítica, o al menos la ironía. Ahí está nuestro Equipo Crónica, y antes y más lejos Andy Warhol, que llegó a comercializar, maquillados como furcias de Peugeot y club de carretera, la estampa pintarrajeada de los villanos de su tiempo, de Mao a Nixon, temible, fosforescente y y grotesco en 'Vote McGovern'. El pop –serigrafía, bolso, canción, edificio, llavero o camiseta del Che– era una cosa tan seria que ya casi nadie lo practica. El meme de usar y tirar –disponemos incluso de metamemes que cuesta descifrar– acelera la función consumista que definió al primer pop, escuela de negocios que de las galerías pasa a unas pantallas no solo móviles, sino fijas, omnipresentes en un paisaje urbano y comercial en el que el anunciante pretende llamar la atención de un paseante que ya no se sorprende de nada y por nada y que paradójicamente camina con la vista puesta y la mirada perdida en su pantalla, zombi de su propio apocalipsis.

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