Suscribete a
ABC Premium

EN OBSERVACIÓN

Benditos gays

Jesús Lillo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No está el Papa para muchos trotes. «Sí, pero la cabeza la tengo perfectamente», replica el Obispo de Roma, con más razón que un santo y un vocación reformista que no da signos de agotamiento y que se aprecia en declaraciones como la reciente 'Fiducia supplicans' ... , que normaliza la bendición de las parejas del mismo sexo, existentes desde que los Papas tenían hijos y novios, incluso a la vez. Como la intención de Francisco es la de evitar cualquier homologación de estas bendiciones con el sacramento matrimonial, el Pontífice evita formular, negro sobre blanco, una ceremonia cuya liturgia deja al criterio de quienes vayan a administrarla. «Gracias, pero no necesito que la Iglesia me acepte y mucho menos que me bendiga», escribe en las redes sociales una escritora sistémica para dar muestras no binarias de su aversión, genética o adquirida, a una institución que desde hace siglos pastorea un rebaño cuya mayor virtud, y a la vez razón de ser, es precisamente esa diversidad –ovejas negras o cabras que tiran al monte– que otros acaban de descubrir y utilizan como bandera.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación