el contrapunto
En el PP hay vergüenza. En el PSOE, no
Sánchez es tan responsable de los muertos por la dana como Mazón, o más, pero a él se lo perdonan todo, todo se lo justifican
Sánchez miente hasta cuando calla
Entre tahúres anda el juego
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Iniciar sesiónLa dimisión de Carlos Mazón el mismo día en que se sentaba en el banquillo Álvaro García Ortiz, sin renunciar al cargo de fiscal general y defendido por la Abogacía del Estado, demuestra dos cosas: un manejo de los tiempos lamentable por parte del ... PP y que en ese partido hay vergüenza, a diferencia de lo que sucede en el PSOE, donde ni siquiera la conocen. La primera constatación resulta obvia. Ya que había esperado un año para tomar una decisión inevitable, el presidente de la Generalidad valenciana podía haber aguantado un par de días más en aras de no desviar el foco del escándalo mayúsculo protagonizado a esa hora por el peón que colocó Pedro Sánchez al frente de la Fiscalía; el primer ocupante de dicho despacho procesado en el Supremo, aferrado a la poltrona merced al privilegio de su rango para deshonra de la Carrera, la Justicia y la decencia. Otra prueba irrefutable de que los magnates sanchistas carecen de escrúpulos, dignidad, sentido de la responsabilidad política o respeto por la ciudadanía que les paga el sueldo.
Mazón se equivocó gravemente y debería haberse marchado hace tiempo, cierto. Por idénticas razones y mayor culpabilidad en la tragedia que sacudió a la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, no la olvidemos, tendrían que estar ya fuera de la vida pública la entonces ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que paró las obras necesarias en el barranco del Poyo por ser 'demasiado caras' y en el momento del desastre se hallaba preparando su 'examen' de acceso a la Comisión Europea, donde se embolsa cerca de 30.000 euros al mes; los ministros de Interior y Defensa, que tardaron días en mandar efectivos para auxiliar a las víctimas, y por supuesto el presidente del Gobierno, quien faltó a su deber de socorro eludiendo enviar ayuda, a pesar de que se la pidieron, con el propósito de dañar a un adversario político. Un perfecto miserable, además de «mala persona», como bien dijo el valenciano en su despedida.
En el Partido Socialista no queda un ápice de moralidad, lo cual explica que Sánchez soporte sin despeinarse la presión que tumbaría a cualquier persona dotada de conciencia. La que ha derribado a Mazón, abrumado por el bochorno y el despiadado linchamiento desatado contra él por esa izquierda siempre presta a reventar al contrario. Su caudillo es tan responsable de los muertos por la dana como Mazón, o más, pero a él se lo perdonan todo, todo se lo justifican: el hermano y la mujer imputados, el fiscal y dos secretarios de Organización procesados, sobres llenos de billetes en la sede de Ferraz, el dinero de las mascarillas, que habrían salvado vidas durante la pandemia, fundido en putas o robado. Ese es su doble rasero. Eso es el 'progresismo'.
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