el contrapunto
Somos cobayas del Gobierno
El último engendro de Montero ha suprimido la condición femenina y hasta la de madre, convertida en 'progenitor'
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Iniciar sesiónLo que están haciendo PSOE y Podemos en España no es una gestión política más o menos acertada, sino un experimento sociológico de proporciones gigantescas y alcance aterrador, en el cual ellos desempeñan el papel de científicos locos y los ciudadanos el de cobayas inermes. ... Especialmente los más vulnerables.
La destrucción de la nación, previa liquidación del régimen constitucional nacido en 1978, fue un empeño diseñado por Zapatero y los separatistas, que Sánchez abrazó e impulsa con entusiasmo, pero que no colma sus aspiraciones ni mucho menos las de su socio. A Frankenstein no le basta con arruinarnos atacando a las empresas, elevando los impuestos hasta asfixiar a la clase media o dilapidando el dinero procedente de la UE. No le basta con favorecer a terroristas y sediciosos. La monstruosa criatura compuesta de diversos despojos pretende crear una sociedad a su imagen y semejanza, para lo cual recurre a una ingeniería que no hace ascos a nada. Ni soltar a violadores y pedófilos, ni sustituir la educación por adoctrinamiento sectario, ni dar vía libre a la 'autodeterminación de género', incluso cuando el aspirante a maltratar de forma irreversible su cuerpo es un menor de edad a quien la ley prohíbe beber alcohol o comprar tabaco.
Donde los países más desarrollados reculan, nosotros avanzamos a toda velocidad. El último engendro surgido del ministerio de Montero, conocido como 'ley Trans', constituye un atentado brutal contra la salud pública, el sentido común y la convivencia. Con el fin de ganarse los votos de un colectivo estimado en unas cien mil personas, que ya tenía reconocidos legalmente todos sus derechos, la autoproclamada abanderada del feminismo ha suprimido de un plumazo la condición femenina y hasta la de madre, convertida en 'progenitor'. Nadie podrá impedir a partir de ahora que un criminal cambie de 'genero' para ingresar en una cárcel de mujeres, o que un 'voyeur' dé rienda suelta a su perversión en un vestuario cuyas usuarias estarán obligadas a soportar en silencio su presencia, o que se dispare el número de chicas adolescentes que declaran sentirse chicos, como ya ha empezado a ocurrir. En concreto, ocho niñas por cada dos varones. ¿Casualidad o exacerbación de la cultura machista?
Pensábamos ingenuamente que la rebaja generalizada de penas a los agresores sexuales era un efecto indeseado de la ley del 'solo sí es sí', pero cada día resulta más evidente que se trataba de un objetivo calculado y aceptado como 'pequeño' mal necesario para permitir a los de Iglesias levantar cabeza en las encuestas. De ahí su obcecación en retrasar la corrección de esa medida aberrante y el daño que causa a las víctimas, sin que los socialistas se atrevan a remediarlo por su cuenta. Somos ratas de laboratorio expuestas a sus ocurrencias, pero a diferencia de los roedores, beneficiarios de su protección, estamos indefensos ante sus escobazos.
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