el contrapunto
Todos somos Biedma, Peinado y la UCO
Sánchez ha mandado salvar como sea a Begoña, catedrática sin ser licenciada, y a David, que no sabía dónde trabajaba
Sánchez necesita un muro judicial
Feijóo vuelve a equivocarse
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Iniciar sesiónEl sanchismo es una bestia herida decidida a morir matando. Aterrorizado por los casos de corrupción que afloran en sus filas como las setas en otoño, el caudillo socialista ha decretado la muerte civil o profesional de cuantos osan plantarle cara, empezando por los ... más peligrosos para sus intereses espurios: los jueces que investigan las causas relativas a parientes y colaboradores cercanos, los periodistas que las denuncian y la última incorporación a esta lista negra de condenados por la santa inquisición 'progresista'; esto es, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) y en concreto el jefe de su departamento de delincuencia económica, coronel Antonio Balas. La información publicada al respecto por José María Olmo en 'El Confidencial' pone los pelos de punta al destapar lo lejos que están dispuestos a llegar los lacayos de Pedro Sánchez en su empeño de tapar la podredumbre que llega hasta el cuello de su esposa, su hermano, su amigo Ábalos y el secretario de Organización de su partido, Santos Cerdán. Los dos últimos son prescindibles. Los dos primeros, no.
Begoña y David forman parte del núcleo sagrado que es preciso proteger a cualquier precio. De ahí que los perros de presa hayan sido lanzados a morder la yugular de quienes se han atrevido a cuestionar su honestidad nada menos que en un juzgado. Alguien podría pensar que son ellos mismos quienes se han cubierto de fango con su conducta, pero no es esa la visión que se tiene desde la Moncloa. Sánchez ha mandado salvar como sea a su mujer, catedrática sin ser licenciada, y también a la sangre de su sangre, que ni siquiera sabía dónde o con quién trabajaba. La instrucción de la jueza Beatriz Biedma, encargada de investigar la colocación a dedo del hermanísimo, ha sido impecable, rigurosa y exhaustiva, además de contar con el aval de la Audiencia de Badajoz. Eso no la ha librado de las insidias proferidas por Félix Bolaños, ministro de Justicia (¡qué sarcasmo!) y cabecilla de la banda dedicada a desprestigiar a los magistrados no adeptos a la causa. A Biedma la ha acusado de precipitarse y a Peinado, instructor del caso de la esposa, de cosas mucho peores. Ambos magistrados son objeto de una campaña de persecución feroz por cumplir con su deber de salvaguardar nuestro Estado de derecho; o sea, por defender la última trinchera democrática del asalto ordenado por Sánchez con el empeño de conquistarla y consolidar su poder absoluto. El proyecto de ley contra el que se han alzado en masa jueces y fiscales, convocando un paro el próximo día 11 de junio, forma parte de la misma ofensiva. Quieren llenar la carrera judicial de togados de su cuerda y someter a quienes no lo son por la fuerza del terror. Van con todo y a por todas.
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