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UNA RAYA EN EL AGUA

Zapatero desencadenado

Al identificar el sanchismo como continuación de su proyecto, Zapatero lo aboca involuntariamente a un final idéntico

La coalición antifascista (11/6/23)

Radicalismo de celofán (10/6/23)

Ignacio Camacho

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Se fue Zapatero donde Herrera con cuerpo de jota y su discurso arrebatado, 'on fire', confirmó que se ha convertido en un asiduo susurrador de Moncloa. En los círculos capitalinos se le atribuye parte de la iniciativa en el adelanto electoral y en la fecha ... de la convocatoria. Fuera de micro anunció que ha suspendido su agenda para meterse de hoz y coz en campaña, y a fe que se le notaba el afán de implicarse a fondo en la batalla. Aunque le pudo el ego cuando salió a relucir el final negociado de ETA y se jactó en primera persona de haber acabado con la banda. Tal cual: yo, mi, me, conmigo. Luego ya, como un rasgo de generosidad, se dignó admitir el papel colectivo de policías, jueces, víctimas, instituciones y ciudadanía en la victoria sobre el terrorismo. Pero primero él, su Gobierno, su coraje, su empeño político mal valorado y peor reconocido. Con todo, continúa siendo mucho mejor comunicador que Sánchez. Menos ortopédico y más vehemente a la hora de reivindicarse con recursos emotivos y pasionales. Eso sí, al precio de evocar involuntariamente su propio desastre.

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