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una raya en el agua

La trampa de Tucídides

No caben coartadas para la descarga de ira china sobre una isla que representa la resistencia a la tiranía comunista

Ignacio Camacho

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Defender la libertad no puede ser nunca una provocación. El viaje de Nancy Pelosi a Taiwán podrá haber resultado imprudente y desde luego extemporáneo –«inoportuno», ha admitido la Casa Blanca– pero no inadecuado salvo para quienes consideran que un 'statu quo' pragmático es más importante ... que el respeto a los derechos humanos. O que éstos sólo significan algo en los países occidentales donde rigen sólidos (?) regímenes democráticos. Había, sin duda, mejores momentos para esa visita que ha desestabilizado el precario equilibrio geoestratégico en el Mar de China; lo que no cabe es justificar su uso como coartada de la descarga de ira militar sobre una isla que representa la resistencia a la tiranía comunista. La teoría del patio trasero, en el que cada potencia hacía lo que le venía en gana sin entrometimiento externo, caducó hace mucho tiempo, tanto como ha pasado desde la caída del Telón de Acero. Y si vuelve a tener vigencia carece de sentido el apoyo europeo a la Ucrania agredida por el imperialismo postsoviético.

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