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UNA RAYA EN EL AGUA

El tiovivo

En la feria del poder hay un carrusel en cuyos caballitos Sánchez siempre encuentra un sitio para sus amigos

Ignacio Camacho

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'Los caballitos que suben y bajan' era el nombre de un coro del Carnaval de Cádiz en los ochenta. Representaba, claro está, un tiovivo, una de las pocas atracciones de feria que permanece inmune a los cambios de la tecnología y que sigue ejerciendo ... sobre los niños un reclamo sencillo, tranquilizador en su rutina de vueltas y vueltas sin misterio ni peligro. Su supervivencia y su inmutabilidad son una metáfora de la repetición del tiempo, una refutación del fluir heraclitano, un desafío a la imposibilidad de bañarse dos veces en las mismas aguas de un río. Y en cierto modo también un símbolo, como las puertas giratorias, del carrusel político, ese juego de rotaciones sin fin donde por mucho que vire el mecanismo siempre aparecen los mismos personajes aunque a menudo montados en caballitos distintos.

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