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una raya en el agua

El hombre-bisonte

El declive físico y mental de Biden es una metáfora de desplome sistémico. El orden liberal clásico se está hundiendo

La costumbre de la discordia

La despolitización pendiente

Ignacio Camacho

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Hay muchas maneras de perder un debate electoral, pero ninguna tan contundente como la de un presidente que siembra dudas no ya sobre su idoneidad para repetir como candidato sino sobre su capacidad física y mental para seguir el cargo. La lamentable actuación de Biden ante Trump –voz inaudible, incoherencias, olvidos, balbuceos– ha metido en pánico al Partido Demócrata americano ... , en cuyo seno se ha abierto el tardío debate sobre la conveniencia de remplazarlo. Aún puede ganar por el rechazo que suscita su rival pero claramente no está en condiciones de ejercer el mando. Lo normal sería acompañarlo de un vicepresidente con las aptitudes necesarias para acabar elevado a comandante en jefe. Pero no es tan fácil como parece porque ese puesto suele ser para un representante del ala radical, la más proclive a abstenerse. El desastre fue absoluto, una calamidad frente a un adversario de 78 años que se limitó a ser el de siempre: lenguaraz, despierto, desafiante, capaz de mentir con una frescura insolente.

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