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una raya en el agua

Golpe de mano

Un nuevo capitalismo de amigotes emerge de un proceso flagrante de acumulación de poder con pretorianos en puestos clave

Paradoja del desplome

El extravagante caso del acusador acusado

Ignacio Camacho

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Un hachazo, un pino. Sánchez no puede gobernar en sentido estricto porque no le dejan sus aliados, pero mientras esté en el poder tiene recursos de sobra para ocupar instituciones o empresas al asalto. El de Telefónica era coser y cantar desde que la SEPI entró con vara alta en su accionariado ... . Unas llamadas a los consejeros y al saco. Pallete, un ejecutivo bastante ajeno a los intríngulis de la política –nada parecido a su mentor Alierta–, ni siquiera vio venir el golpe de mano. El viernes por la tarde, con el mercado de valores cerrado, lo citaron por sorpresa en la Moncloa cuando se preparaba para intervenir en Davos y unos subalternos le dijeron a bocajarro que se diera por cesado. Eso sí, con un finiquito multimillonario para que no se vaya descalzo. Maniobra relámpago y vía libre para colocar a Murtra al mando. Un hombre de Illa, gestor competente bien conectado con los poderes económicos catalanes que el sanchismo necesita de su lado. Y una compañía de primer nivel con suficientes despachos en las Tablas para que Moncloa los pueda llenar de pretorianos. La oposición tampoco se enteró; hace tiempo que sus contactos en el IBEX se esfumaron. Y los accionistas de las antiguas 'matildes', capitalismo popular, están cautivos y desarmados frente al núcleo duro que traza el rumbo en las reuniones de alto rango. La absorción de Indra será el próximo paso. Una renacionalización camuflada bajo el interés de Estado.

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