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una raya en el agua

Goleada procesal

El sanchismo ha encallado ante la justicia, una institución celosa de su autonomía y refractaria a la presión política

El penúltimo desvarío

Shakespearianos hombres honrados

Ignacio Camacho

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En el apasionante 'play-off' entre el poder ejecutivo y el judicial, el Gobierno va perdiendo por goleada. Como los tiempos procesales son muy dilatados la eliminatoria se va a hacer larga, pero el equipo de las togas ha tomado amplia ventaja en las dos ... últimas semanas. El de Sánchez va de fracaso en fracaso. Le han tumbado, sin el consuelo de los votos particulares, las querellas contra el juez Peinado, autorizando además al instructor para investigar a Begoña Gómez en otro caso; tiene al fiscal general al borde del banquillo y está al caer la imputación de Ábalos, que aunque el presidente diga que no le importa es un asunto para estar preocupado. A esto hay que sumar la anulación 'a posteriori' de los estados de alarma, el rechazo a los ascensos de Dolores Delgado, la autorrecusación del magistrado del Constitucional Juan Carlos Campo, la inaplicación de la amnistía y la revocación de una presidenta del Consejo de Estado. La porfiada renovación de la cúpula de la magistratura acabó en empate, y aunque la Moncloa consiguió un resultado favorable con la exoneración de Griñán y Chaves, el tanteo global en contra sigue siendo abultado con visos de irremontable por más que cuente con la baza del arbitraje, en manos de un Conde Pumpido con fama de inventarse penaltis. Por ahora la hinchada oficialista ha de conformarse con la excusa perdedora del 'lawfare', una presunta conspiración poco creíble cuando se produce en tantos y tan diversos tribunales.

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