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una raya en el agua

Una cita en Zarzuela

La amnistía que Sánchez lleva bajo el brazo deslegitima la defensa constitucional ejercida por el Rey hace seis años

La palabra escondida (2/10/23)

El 'relato' de la rendición (1/10/23)

Ignacio Camacho

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Un capricho del calendario va a poner hoy al Rey en el mal trago de recibir a un Sánchez resuelto a postularse como candidato. No por el hecho en sí, puesto que el presidente en funciones tiene derecho a intentar la investidura después de ... que la de Feijóo deviniese en fracaso; ni siquiera por la coincidencia con el aniversario del trascendental discurso con que la Corona salió al paso de la insurrección separatista contra el Estado, sino porque el aspirante acude a la ronda con una ley de amnistía para los golpistas bajo el brazo. Nadie sabe, ni tal vez sabrá, si el asunto formará parte de la conversación entre ambos o la sobrevolará en el marco formal de un mero encuentro protocolario. Lo que no resulta posible ignorar es que Felipe VI está al tanto, como la mayoría de los ciudadanos, de que el borrado penal de la sedición y del resto de delitos asociados es la condición primera y esencial, 'sine qua non', para que el jefe del Ejecutivo alcance el respaldo que le permita un nuevo mandato. Y ese 'detalle' envuelve la reunión en un clima decididamente antipático. Porque el proyecto desborda el marco jurídico vigente, rompe el pacto de convivencia y representa una deslegitimación completa del orden constitucional en cuya defensa intervino el monarca hace seis años, y porque de llevarse a cabo lo pondría en la humillante tesitura de firmarlo para no violar su neutralidad contraviniendo un acuerdo parlamentario.

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