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tRIBUNA ABIERTA

Aranceles y narcopolítica

La democracia es una ficción cuando el Estado abdica ante un narcoestado

Héctor Schamis

El Gobierno de Trump avanza con su programa, enfocado en el proteccionismo comercial y la deportación de inmigrantes indocumentados. La temática era de esperar, aunque no la velocidad y el alcance de sus iniciativas. Con aranceles del 25 por ciento a las importaciones de Canadá ... y de México, y del 10 a las de China, Washington sanciona a sus principales socios comerciales. El proteccionismo no es una buena idea, menos cuando se emplea de forma indiscriminada. Se distorsionan los precios, resultando un perjuicio para los consumidores. Beneficiados por los aranceles, los productores locales aprovechan para aumentar sus precios. Las represalias externas afectarán a las exportaciones estadounidenses y con ello al empleo en dichas empresas. Menos acceso al mercado estadounidense, a su vez, afectará el empleo en los países arancelados, aumentando así la presión migratoria. El proteccionismo colisiona con los objetivos centrales de la campaña del Partido Republicano: reducir la inflación y controlar la migración irregular. Sorprende la fundamentación de la medida, menos un instrumento de política comercial que una herramienta coercitiva para obligar a Canadá y a México a controlar la inmigración y el flujo de drogas. De ahí que la orden ejecutiva de Trump deba leerse como un incentivo y una exigencia a actuar, como una denuncia.

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