TRIBUNA ABIERTA
Putin escenifica una anexión ilegal
A Putin no le es preciso utilizar armamento nuclear, sus atrocidades no tienen fin. El Tribunal de La Haya lo juzgará por crímenes de lesa humanidad
Fernando de la Guardia Salvetti
Siete años y medio después, la sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin volvía a vestirse de gala para anunciar al mundo entero un hecho histórico: la amenaza más grave a la paz desde el final de la II GM, la anexión de ... las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia. En un ambiente de celebración en la Plaza Roja, Vladímir Putin lanzó un discurso amenazante al mundo entero cuyo triunfalismo no se compadece con el curso real de la guerra. No esconde sus ambiciones expansionistas desde que en marzo de 2014 proclamó la anexión de la península de Crimea cerrando la posibilidad de llegar a ningún acuerdo con Zelensky al no haber voluntad de ceder para acercar posturas dialogantes.
Lejos de la normalidad que se quiere aparentar, la situación no se corresponde con el objetivo «operación militar especial», el Kremlin se ha embarcado en una huida hacia adelante cuyo triunfalismo no tiene que ver con el curso de la guerra.
Tras la caída de la ciudad de Liman, punto estratégico que controla la región de Donetsk, las fuerzas ucranianas siguen avanzando hacia el este y el sur recuperando localidades ilegalmente anexionadas cerca de región de Lugansk. Las recientes pérdidas en el campo de batalla con imágenes de soldados huyendo de los enclaves estratégicos anexionados, hablan de un Putin más débil que nunca. Al menos así lo creen los principales líderes occidentales que consideran que el llamamiento a filas de 300.000 ciudadanos rusos y la creciente ola nuclear es un gesto de desesperación.
El plan de Putin es preocupante porque sus posibilidades de éxito descansan en una permanente escalada y huida hacia adelante. Moscú ha cerrado la puerta a cualquier otra solución que no sea el reconocimiento de sus conquistas más allá de la legalidad internacional. Pero esta estrategia no está dando los resultados deseados ni es aceptada por la gran mayoría de la comunidad internacional, incluso por países que habían demostrado su aceptación como China, la India e Irán, asiduos al Kremlin.
Putin aseguró que Rusia está dispuesta a «negociar» pero no habrá ni un paso atrás. La decisión tomada por el Parlamento (Duma) debe ser respetada. Pero cuando la integridad territorial de nuestro país se vea amenazada, sin duda utilizaremos todos los medios a nuestro alcance –armas nucleares tácticas– para proteger a Rusia y a nuestro pueblo. Esto no es un «bluf», dijo Putin. El secretario general de la OTAN, Stoltenberg, le recordó: «La peligrosidad y la temeridad de sus amenazas» e insistió que cualquier acción en ese sentido tendrá «consecuencias graves» para Rusia.
En un ambiente de amenaza permanente, Putin responde con la matanza de civiles para vengar el ataque al puente de Crimea lanzando una ola de bombardeos con armas de precisión sobre importantes ciudades ucranianas, incluida su capital Kiev. A Putin no le es preciso utilizar armamento nuclear, sus atrocidades no tienen fin. El Tribunal de La Haya lo juzgará por crímenes de lesa humanidad.
Quiero finalizar estos horribles hechos destacando las palabras del Papa Francisco que con un gesto grave y palabras muy duras condenó los referéndum de independencia en el Dombass, pidiendo a Putin que «detenga la guerra por amor a su pueblo».
es capitán de Navío (R). Fue asesor del Milrep y Chairman del Naval Board (OTAN)
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