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La Tercera

El buen samaritano en Valencia

En nuestra tristísima situación, producida por el aterrador siniestro natural acaecido hace ahora un mes, es prójimo quien está ayudando, dejándose alma, corazón y vida

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A veces conviene callar. Y en esta situación dramática que sufre el pueblo valenciano, al menos en primera instancia, procede no pronunciar palabra. El dolor se ha vuelto inconmensurable y casi sobrepasa todo consuelo. Por ello, entiendo que lo que debe hacerse primero es ... acompañar, ponerse «al lado de», estar «junto a», hacerse «cercano». Después, es necesario compadecer, para que esas poblaciones rotas y laceradas sientan que se comparte su dolor a fin de que, en algo, pueda aliviar su sufrimiento al comprobar cómo su angustia y desolación son también nuestras.

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