El día después

Por su parte, el año 2023 trae elecciones municipales y autonómicas el 28 de mayo y generales antes del 10 de diciembre. La mayoría de los estudios demoscópicos anticipan cambios, que deberían definir gobiernos que vuelvan a caminar por el centro de la Constitución. Para el día después de esas citas electorales debe estar preparada una estrategia de futuro para la que propongo tres pilares.

El primer pilar es el fortalecimiento de nuestra democracia liberal, a través de la calidad institucional y de sus mecanismos de autoprotección. Sabemos que hoy las democracias no mueren por un golpe violento sino por la destrucción paulatina de sus instituciones. Si de la historia aprendimos que tras las asonadas golpistas se deben hacer reformas en las instituciones militares, ahora tendremos que pensar cómo proteger mejor nuestras instituciones frente al deterioro continuado que están sufriendo. El primer paso debe ser abandonar el uso de medidas excepcionales como mecanismos ordinarios de gobierno porque debilitan la separación de poderes.

El segundo pilar es desarrollar una economía competitiva y sostenible. La asignación eficiente de los recursos escasos debe definir un complejo equilibrio social y ambiental. Por un lado, entre las generaciones actuales con políticas de educación y empleo que generen oportunidades; y también con las próximas generaciones, afrontando la reforma del sistema de seguridad social y la consolidación fiscal para amortizar una deuda pública en máximos históricos. Por otro lado, entre desarrollo y ecología, afrontando con innovación el desajuste entre los recursos naturales y la demanda de una población mundial que ha alcanzado los 8.000 millones.

El tercer pilar es la redefinición de las políticas sociales para atender las nuevas necesidades determinadas por los cambios demográficos, los efectos sobre la salud física y mental de la pandemia, la inflación o la lenta adaptación de parte del tejido productivo y social a la transformación digital y verde. Contamos con políticas sociales fuertes, pero sin capacidad para dar respuesta a los nuevos desafíos. La innovación social y la colaboración entre Estado y sociedad civil deben ser el motor de su redefinición frente a las propuestas populistas.

En definitiva, en 2023 la ciudadanía debe elegir nuevos parlamentos que darán lugar a nuevos gobiernos. Los aspirantes deben proponer un plan transparente para el día después de la victoria en las urnas. Una estrategia que permita afianzar nuestra democracia liberal, desarrollar una economía tan competitiva como sostenible y redefinir las políticas sociales para que también sea inclusiva. Unidos lo lograremos.