Suscribete a
ABC Premium

EDITORIAL

A qué espera el fiscal general para irse

Los españoles tendrán el humillante privilegio de ver a un fiscal general en activo sentado en el banquillo de los acusados, ejerciendo sus funciones jerárquicas sobre el fiscal de su juicio

Editorial

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La posición institucional del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, se hace aún más insostenible tras conocerse ayer el auto de apertura de juicio oral contra él. El instructor de su causa, el magistrado Ángel Luis Hurtado, no ha tenido duda sobre la ... suficiencia de las acusaciones presentadas contra García Ortiz para sentarlo en el banquillo de los acusados. Realmente, el auto de Hurtado va más allá de la mera orden de abrir juicio oral, porque su resolución es una contundente exposición de los hechos que incriminan a García Ortiz y una reivindicación de su labor como instructor, para lo que se apoya de forma continua en el auto de la sala de apelación que confirmó la imputación del aún fiscal general del Estado y archivó el caso respecto de su subordinada, Pilar Rodríguez. La decisión de la apertura de juicio oral responde así a la evolución y los resultados que ha tenido la instrucción. García Ortiz podrá ser absuelto o condenado, pues tal desenlace no está condicionado por su imputación, pero llegará al juicio oral con un rastro de mala práctica y arbitrariedad que son incompatibles con su continuidad en la jefatura de la Fiscalía. La acusación por revelar secretos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso no es un hecho aislado en la trayectoria de García Ortiz, desautorizado también por la Sala Tercera del Tribunal Supremo por haber hecho nombramientos con desviación de poder, que es la forma no delictiva de una suerte de prevaricación administrativa. La proclividad de García Ortiz por la ilegalidad –presunta o declarada– es un estigma para el Estado de derecho y, especialmente, para el Ministerio Fiscal, pero encaja en el modo de operar del Gobierno de Pedro Sánchez, quien, en una nueva provocación a jueces y fiscales, sigue ratificando al acusado al frente de los fiscales. No lo hace Sánchez por afecto al fiscal general, sino por puro utilitarismo personal, en la medida que García Ortiz es un instrumento, nada más, de desafío a una Justicia que tiene a familiares suyos imputados o acusados.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia