TIEMPO RECOBRADO
'Sub specie aeternitatis'
Los últimos acontecimientos desde que Donald Trump llegó al poder hacen muy difícil confiar en la providencia divina
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónFue Spinoza quien dijo que la mayor de todas las imperfecciones es el no existir. Siempre he pensado que es preferible una vida llena de adversidades a la no existencia, a la nada. La conciencia, aunque sea desgraciada, es un don al que no podemos ... ni debemos renunciar. Spinoza afirmaba que la esencia del ser es perseverar en lo que es. Es también cierto. Dicho con otras palabras, el hombre es siempre un proyecto hacia algo, aunque sólo sea para llenar un vacío. Vivimos impulsados por un deseo eternamente insatisfecho.
Este filósofo, nacido en Ámsterdam en 1632, escribió que hay dos maneras de concebir el mundo. La primera se manifiesta en relación a lo contingente: el tiempo y el lugar en el que existen las cosas, inestables y mudables. La segunda tiene que ver con el todo vinculado al orden divino, a lo que Spinoza llama la sustancia. Desde este punto de vista, lo que existe formaría parte de la naturaleza de Dios. «Deus sive natura», sostuvo.
En un párrafo de su 'Ética', apunta: «El alma no concibe nada desde la perspectiva de la eternidad, sino en cuanto concibe la esencia de su cuerpo desde esa perspectiva, es decir, en cuanto es eterna; y así, en la medida que es eterna, posee el conocimiento de Dios».
Esta cita resume mejor que ninguna otra el pensamiento de Spinoza, que, expuesto en forma simplificada, sostiene que sólo podemos comprender lo que somos y lo que nos rodea si lo pensamos bajo el prisma de los designios divinos. Todo tiene sentido, incluso el mal, porque Dios lo ha previsto en su infinita sabiduría.
La filosofía de Spinoza es determinista porque presupone que el devenir de las cosas obedece a una lógica establecida por Dios. Esa idea es tentadora y seductora. La 'Ética' estuvo en mi mesilla de noche durante muchos años. Me dormía leyendo sus axiomas, definiciones y corolarios, todos ellos en el contexto del 'orden geométrico' que sustenta el mundo.
Spinoza recurrió al termino 'sub specie aeternitatis' para expresar una existencia subsumida en la eternidad de Dios. Las leyes de la física y los movimientos de los planetas corroborarían esa mecánica de precisión diseñada por el Gran Relojero. Una concepción que fascinó a Leibniz.
A mi edad y en un tiempo sacudido por las guerras y los desastres naturales, me cuesta mucho trabajo seguir creyendo en la idea de Spinoza que tanto me fascinó y que latía en mi educación católica. Los últimos acontecimientos desde que Trump llegó al poder hacen muy difícil confiar en la providencia divina. Ese engranaje universal al que también aludía Leibniz es inconcebible en este valle de lágrimas.
No vivimos en un mundo 'sub specie aeternitatis' sino en otro en el que la irracionalidad y las bajas pasiones demuestran que la condición humana no tiene arreglo, exista Dios o no.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete