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Proletarización de las rentas

Que dos millones y medio de personas cobren el salario mínimo interprofesional no es para sentirse orgulloso. Lo alarmante es que las rentas están cada vez más cerca del SMI

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El salario mínimo interprofesional (SMI) no es un indicador del éxito de un país, sino, muy al contrario, un dato que señala cuán frágil es una economía y que alerta de los desajustes que subsisten en ella. Que casi dos millones y medio de personas ... lo perciban en España es un indicador de las debilidades de nuestro capital humano y del escaso valor que añaden esos empleos al producto nacional. Nada de lo que enorgullecerse. Esta es la razón por la que resulta patético que la coalición de izquierdas que gobierna España se dispute públicamente, año tras año, el mérito de haber conseguido que el SMI suba. Este año, sin embargo, hay un elemento que ha añadido tensión a la decisión, y es el hecho de que con la subida de 50 euros en torno a un 20 por ciento de los trabajadores que perciben el SMI sufrirán retenciones de hasta 300 euros en el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) porque Hacienda se ha negado a elevar el mínimo exento para tributar.

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