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Nacionalización masiva y votos

El Gobierno ha enmendado su propia Ley de Memoria Democrática para promover una auténtica avalancha de de descendientes de españoles con fines electorales

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además del revisionismo ideológico y del sectarismo histórico inherentes a la Ley de Memoria Democrática recién aprobada por el Gobierno, el texto escondía una 'sorpresa' de profundo calado político: la vía de escape, a través de una disposición adicional, para promover una nacionalización masiva de, ... como mínimo, cientos de miles de personas descendientes de españoles en el extranjero. Y ello, independientemente de que puedan acreditar o no la condición de exiliados del franquismo de sus padres o abuelos. De este modo, la Ley de Memoria Democrática abre una inmensa autopista para poder ampliar –será solo cuestión de tiempo– el censo electoral en nuestro país. Nacionalizar a personas tiene unos trámites lentos que a menudo se prolongan durante años, pero la pretensión del Gobierno es agilizar los plazos lo máximo posible, en coincidencia con el hecho de que solo falta un año para las elecciones generales. Ya a partir de 2007, cuando el Gobierno aprobó la Ley de Memoria Histórica, antecedente de la actual del Ejecutivo de Pedro Sánchez, se nacionalizó a más de 150.000 personas. Lo diferente, y eso es lo que revela las prisas del Ejecutivo, es que en aquella ocasión los procesos se iniciaron en 2008, dejando un año de por medio para localizar y contrastar documentación, poder adaptar los medios personales y técnicos necesarios en los consulados, y establecer todas las garantías en el Registro Civil.

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