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Fiscalía General del sanchismo

El Supremo tumba el ascenso arbitrario de Dolores Delgado a la máxima categoría del Ministerio Público y retrata al Gobierno: «Fue una desviación de poder visible e innegable»

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El Tribunal Supremo ha asestado un duro varapalo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por el amiguismo con el que decidió ascender irregular y automáticamente a fiscal de Sala, la máxima categoría en la carrera, a Dolores Delgado, nombrándola a dedo y sin ... mayores complejos fiscal de la Sala de lo Militar del alto Tribunal. El de García Ortiz al frente de la Fiscalía General es solo un eslabón más de la cadena de designaciones arbitrarias hechas al amparo de este Gobierno durante los últimos cinco años para copar el mayor número posible de altos cargos institucionales con personas afines, e incondicionales del Ejecutivo socialista, independientemente de que reúnan la capacidad y los méritos necesarios para ello. Dolores Delgado fue nombrada por Pedro Sánchez ministra de Justicia en 2018, durante su primer mandato como presidente. Después, pasó sin solución de continuidad, y con unos criterios de ética y estética política muy mejorables, a ser fiscal general del Estado. Al abandonar ese cargo, el Gobierno designó como sustituto a García Ortiz, que había actuado en la secretaría general técnica de la Fiscalía como auténtico 'fontanero' al servicio de Delgado y del Gobierno; y posteriormente, el propio García Ortiz fue quien premió a su mentora ascendiéndola a fiscal de Sala de lo Militar para que pudiese acceder a la máxima categoría profesional, y que esa designación sirviese como cobertura para su verdadero objetivo, saltar a la jefatura de la fiscalía de Memoria Democrática. La secuencia no es la de una sucesión de ascensos profesionales por promoción lógica. De no haberse producido esta concatenación de arbitrariedades, Dolores Delgado debió haber regresado a su plaza de fiscal de base de la Audiencia Nacional. Pero había que construir una cobertura de supuesta legalidad para dar apariencia de legitimidad a lo que no la tenía. Fue la demostración de que Sánchez ha forzado las costuras del sistema desde el mismo día en que llegó a La Moncloa.

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