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Degradación institucional

Desde la Fiscalía hasta la Abogacía del Estado, pasando por el CIS o por RTVE, su crédito público está en entredicho por convertirse en meras corresponsalías de La Moncloa

Editorial ABC

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Las instituciones que se corrompen y se denigran a sí mismas, permitiendo que los partidos políticos perviertan su función social con nombramientos discutidos o no idóneos, o con reformas legislativas oportunistas, dejan de servir. Dejan de ser útiles y dejan de ser ejemplares para el ... ciudadano que las sostiene con sus impuestos. Cuando esto ocurre, las instituciones se doblegan a sí mismas, renuncian a su propia esencia, asumen un papel de supeditación al Gobierno de turno y pierden toda la credibilidad, y eso es precisamente lo que está provocando ahora este Gobierno. Desde la Fiscalía hasta la Abogacía del Estado, pasando por el CIS o por RTVE, su crédito público está en entredicho por convertirse en meras corresponsalías de La Moncloa y en sucedáneos de intereses ajenos a su auténtico cometido en una democracia.

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