Suscribete a
ABC Premium

Editorial

Un clamor masivo por la ley

Una gran parte de la ciudadanía, liberal y conservadora, pero también progresista, no está dispuesta a dar por perdido todo lo avanzado desde la Transición

Más de dos millones claman en las capitales españolas contra la amnistía

Editorial ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las manifestaciones de este domingo en toda España han sido más que un ejercicio cívico de legítima reivindicación frente a una cesión inédita ante el independentismo a cambio de una investidura. Fueron un clamor masivo, multitudinario y transversal en defensa del cumplimiento de la ... legalidad en España, que Pedro Sánchez ha fracturado suscribiendo unos acuerdos con ERC, Junts, el PNV o Bildu impropios de una democracia anclada en los principios de soberanía nacional, separación de poderes y sumisión al imperio de la ley. El clamor no solo fue masivo en Madrid, sino en la inmensa mayoría de las capitales de provincia. Y, en efecto, no se redujo a la lectura de comunicados contundentes en contra de la claudicación de Sánchez, sino que fue una demostración de presión social que debería hacer recapacitar a todo el PSOE, y no sólo al presidente del Gobierno y al núcleo duro que ha negociado una investidura contra los intereses de España. No fueron meras concentraciones razonadas y pacíficas contra unos pactos inasumibles, sino un llamamiento a la dignidad política de quienes se disponen con su voto a poner a España a los pies del separatismo con condiciones inaceptables y visos evidentes de inconstitucionalidad, sacrificando la separación de poderes, corroyendo la independencia judicial y socavando los pilares de una democracia que durante 45 años ha privilegiado a España con un progreso como nunca antes se había producido. Negociar una investidura así, bajo el chantaje de una impunidad y la promesa de inmunidad en favor de quienes no asumen la ley como principio rector, es una renuncia a los principios del PSOE como partido con vocación nacional. Es una ruptura con el pasado que nos dimos los españoles en 1978, y una superación de la Constitución como el marco esencial de nuestra democracia.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia