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Cierre en falso de la lacra de ETA

ETA no mata, pero aún hay sangre fresca de sus asesinatos. Crímenes sin resolver, indemnizaciones pendientes, como las que se reflejan en el reportaje que hoy publica ABC

Una veintena de etarras deben cinco millones de euros a sus víctimas

Los socios de Sánchez se manifiestan a favor de la excarcelación de presos de ETA

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Votos por presos. Este fue el resumen que Arnaldo Otegi ofreció a los suyos para explicar las razones por las que estaban apoyando a Pedro Sánchez en la anterior legislatura. Y esta ecuación puede ser –seguramente lo es– la directriz del pacto oculto entre PSOE ... y Bildu para investir de nuevo a Pedro Sánchez. Entre tanto, los socialistas han cubierto de elogios a la coalición aberzale dirigida por Arnaldo Otegi, no solo para engrasar unos acuerdos que ya preparó Rodríguez Zapatero, sino para allanar un escenario estable de colaboración de las izquierdas bajo la candidatura de Pedro Sánchez. La realidad es esta: el candidato de Bildu siempre ha sido Sánchez. Después de la caída de Pamplona en manos aberzales vendrá el turno de los presos, una de las principales prioridades de Otegi y sus secuaces para normalizar el paso de ETA por la historia de España y, en concreto, del País Vasco. Todo acabó, ETA no mata, Sánchez pacta con Otegi, el PSOE elogia el «sentido de Estado» de los diputados de Bildu. Los presos de ETA son, en este escenario creado mano a mano por los socialistas y los aberzales, un fleco que hay que cerrar. Y los socialistas lo harán, porque frente a Bildu básicamente hacen falta escrúpulos morales y democráticos, justo lo que el PSOE ha perdido, además de la memoria de lo que Bildu significa: la continuidad política de ETA.

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