TIGRES DE PAPEL
Freakshow
«Uno esperaría que aquellos que se dicen depositarios de la tradición lo fueran en un manejo florentino de los modales»
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Iniciar sesiónUno de los patrimonios esenciales del pensamiento conservador debería ser el aprecio por las maneras. La protección obsesiva de ciertas formas estéticas, el cuidado de la liturgia parlamentaria o los rituales forman parte del capital simbólico del sereno conservadurismo democrático. El Congreso de los Diputados ... da buena cuenta de ello. En el hemiciclo figuran las virtudes cardinales de Platón, el nombre del rey de los judíos y una colección pictórica que nos recuerda la condición civilmente sagrada de la casa de la palabra. Las formas antiguas son siempre aliadas naturales de nuestra mejor exigencia.
Por este motivo sorprende la alegría con la que algunos sedicentes conservadores abandonan el cuidado en las formas. Uno esperaría que aquellos que se dicen depositarios de la tradición lo fueran en un manejo florentino de los modales. La mejor cortesía o la educación encajarían con el ideal que los clásicos proponen y quienes enérgicamente apelan a capítulos heroicos de nuestra historia deberían establecer algún compromiso con los valores que dicen que existieron en nuestros mejores días.
Este es el motivo por el que sorprenden tanto algunos errores tácticos de Vox. La última acción que desafía la solemnidad parlamentaria es la añagaza urdida, para beneficio de nadie, en torno a la ficción que supondrá la eventual moción de censura contra Sánchez. El recurso parlamentario es perfectamente legítimo siempre y cuando se enmarque en unas condiciones de verosimilitud confiables. Pero ni en el fondo ni en la forma parece que este ensayo mantenga algún atisbo de llegar a buen puerto.
Ramón Tamames es un hombre de edad con una trayectoria lo suficientemente meritoria como para respetar su retiro. Intentar construir una alternativa al actual gobierno con una propuesta tan exótica como imposible sólo puede interpretarse como la enésima entrega de una teatralidad que empieza a rebasar la linde de la caricatura. El riesgo de este efectismo es doble. Por una parte, resiente la formalidad de las instituciones y compromete la utilidad de algunos mecanismos de excepción, como es la moción de censura. Pero, al mismo tiempo, este efectismo alimenta una de las fragilidades fundacionales de Vox.
El éxito de las derechas populistas se ha debido, en todo el mundo, a que el abuso de la alerta antifascista dejó de resultar verosímil cuando se empleó de forma vana y exagerada por parte de alguna izquierda. Sin embargo, los devaneos 'freaks' y folcloristas pueden acabar siendo más peligrosos para los de Abascal que su propia posición ideológica. La cultura política española supo alumbrar histriones como Jesús Gil o Ruiz Mateos para después condenarlos. Y es esa, y no la otra, la querencia nostálgica que puede acabar resultándole letal a Vox.
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