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TIGRES DE PAPEL

Hacer arder las instituciones

La calle, la agitación de las masas y la extorsión populista tendrán siempre a la pasión exagerada de su parte

Diego S. Garrocho

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Llevamos siglos seducidos por el valor de la destrucción. La revolución tiene una iconografía tan perfecta que resulta demasiado poderosa. Hemos sido educados en la creencia de que ver arder París siempre es un ejercicio de justicia, como si hubiera una continuidad entre los lienzos ... de Jacques-Louis David y las imágenes flameantes que ahora nos llegan hasta el teléfono móvil. Las barricadas, las hogueras y la exaltación indignada es una mitología invencible para el hombre medio que siempre quiere transformar su violencia en utopía. La insatisfacción de nuestra existencia ordinaria se acumula hasta que encontramos una excusa que nos permita intentar romperlo todo y, a ser posible, en nombre de alguna causa noble. Es estúpido pensar que, ante la duda, es preferible quebrar un orden, romper una tradición o hacer arder una institución democrática.

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