SIEMPRE AMANECE
Van a votar los pibes
En la izquierda quieren adelantar el voto para seguir polarizando. Si permiten votar con 16 años, los chicos elegirán a la derecha radical, mayormente, y los que no, a la izquierda radical. Es posible que Sánchez acceda a la petición de Sumar porque Sánchez ... no quiere votos: quiere la guerra.
Ya no sabe uno lo que es un niño. Para que vayan a una excursión con el colegio hay que firmar veintitrés autorizaciones en la notaría de Fernando Gomá, y si sacas una cámara de fotos en el colegio porque Javier se ha puesto un calcetín de cada color, de inmediato te apunta un francotirador desde la azotea. En cambio, tu hija puede abortar o cambiarse de sexo sin que estés informado. La madurez tiene bastantes recovecos: quieren que voten con 16, pero con 35 no son responsables de ganarse el pan. Hace diecisiete años que pueden ir a la guerra, pero viven con su madre que se refiere a ellos como «el niño».
Durante un tiempo, ser joven equivalía a tener razón. Greta Thumberg daba la tabarra en el plenario de Naciones Unidas, les cantaba las cuarenta a los líderes mundiales con lo del decrecimiento y sostenía que había que volver al trueque y tener una esperanza de vida de treinta y ocho para conseguir un planeta sano. El desprecio por el viejo, que ahora llaman edadismo, desaparece con los años. Me estoy acordando de aquellos discursos gretenses: cuando se airaba por el daño que le causábamos a la Tierra como especie, ponía una cara de mucho cabreo que recordaba a la de El Juli cuando salía de una tanda de derechazos mirando al tendido como si le debieran veinte mil euros. El Juli también fue un niño prodigio, pero con razones de peso, porque no comía fruta BIO, pero se jugaba el pellejo, y eso concede una autoridad. Lo cierto es que hay más juicio en una entrevista a un novillero de los campeonatos de la Fundación Toro de Lidia que en un congreso entero de las juventudes socialistas.
La izquierda está muy asustada con los chicos, porque ahora no quieren viajar en catamaranes solares, y el nuevo punk es decir que Franco hizo pantanos. Cuando hacen homenajes a Artapalo en Alsasua no generan tantos titulares, pero ese es otro tema. Por la razón que sea, la juventud ya no es un valor en sí y los dibujan sofronizados por el algoritmo de las redes unos analistas escandalizados como aquellas señoras con bolsa de plástico en la cabeza que nos veían pasar por las aceras en patinete.
Claro, que una cosa es ser skater y otra, hitleriano, condición que necesita de enormes cantidades de estupidez. Yo con 16 años era un majadero. Creo que con la edad vamos mejorando, pero a buen seguro que en esto hay división de opiniones. Brassens creía que el tiempo no afecta en nada al asunto y que cuando uno es tonto, es tonto para siempre.
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