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22 de junio

Noticia esperanzadora

El feminismo se vuelve a fracturar como consecuencia del recurso contra la 'ley trans' de Irene Montero

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La noticia de ABC relativa a las manifestaciones de sectores feministas de la izquierda contra la 'ley trans' es esperanzadora. Se vinculaban con la decisión del presidente del Tribunal Constitucional de suspender la deliberación y votación del recurso del Partido Popular contra la 'ley trans', por un sorpresivo cambio de criterio de dos magistradas del sector progresista. Creo que habría una tercera magistrada que, por su trayectoria en pos de la igualdad de la mujer, me resulta difícil admitir que pueda avalar la salvajada de la 'ley trans', una ley que nos impuso a todos los españoles una política que perdió las elecciones generales, pero a la que Sánchez dio un inmenso poder, pues la hizo ministra.

El inmenso daño causado por Irene Montero es conocido, desde las rebajas de penas a los delincuentes sexuales –el Tribunal Supremo siguió en mayo y sigue este mes de junio rebajando penas– a las mutilaciones de los órganos genitales de los niños. Por cierto, la 'ley trans' fue una ley política de Irene Montero, lo que, en aplicación del principio de igualdad, debería hacer que el presidente del TC igualmente suspenda la deliberación y votación del recurso contra la ley de amnistía.

José Luis Gardón. Madrid

Mártires

El pasado viernes, León XIV autorizó la beatificación de 124 católicos andaluces que fueron martirizados y asesinados 'in odium fidei' entre los años 1936-1938, en el contexto de la terrible persecución religiosa que tuvo lugar en España a partir del año 1931. Al ser reconocido y probado su martirio, no es necesario el requisito de ningún milagro obrado por Dios a través de la intercesión de estos testigos de la fe.

El primero de los grupos lo encabeza Manuel Izquierdo Izquierdo, sacerdote diocesano, junto a 58 compañeros de la diócesis de Jaén, asesinados entre 1936 y 1938. El segundo grupo de mártires está formado por Antonio Montañés Chiquero, sacerdote diocesano, y 64 compañeros, también de la diócesis de Jaén, entre ellos 54 sacerdotes, 9 varones laicos y una mujer laica, asesinados por odio a la fe en el contexto de la misma persecución contra la Iglesia.

La mayoría de estos siervos de Dios vivían y realizaban su oficio en diócesis de Jaén. Muchos fueron capturados por los milicianos o bien denunciados; algunos de ellos sufrieron insultos, vejaciones y crueles golpes. Los testimonios de la época y los documentos que se conservan prueban que el único 'delito' que habían cometido fue el de ser católicos practicantes.

Algunos sacerdotes pidieron ser fusilados los últimos para poder así confesar a los demás y ayudarlos a morir santamente. Vivieron amando y murieron perdonando a sus verdugos. Cuando los apresaron, cantaban y daban gracias a Dios, que los había elegido para dar el supremo testimonio de fe y caridad: el martirio.

José Vicente Martínez. Jaén

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