el burladero

Un cuento chino

Ha proclamado en Pekín su interés en acabar con políticas arancelarias, que es lo contrario que dirá en Europa cuando los que le escuchen sean otros

¿Qué le queda a Sánchez por invadir?

Añoranza del 92

El pasado mes de julio la UE aumentó aranceles a los coches eléctricos chinos de forma temporal con la idea de hacerlo de forma permanente a partir del próximo noviembre. Dice Bruselas que las ayudas públicas chinas hacen que el sector automovilístico europeo juegue con desventaja ... , siendo los nuestros coches más caros aunque mejores. Los chinos han estudiado represalias: subirán aranceles a productos porcinos –lo cual perjudica a España– y a los coches europeos, cosa que ha puesto en guardia a los dos sectores.

China juega la batalla geopolítica y geoeconómica en varios frentes a la vez: guerra comercial, arancelaria, y guerra de inversiones en sectores estratégicos incluso en países occidentales, además de la conocida expansión en África e Iberoamérica intentando controlar las fuentes de materias primas esenciales y el cierre del grifo de exportaciones de tierras raras sin las cuales no hay industria de alta tecnología. Por supuesto China trata de controlar cuantas más fuentes de litio (el oro blanco de esta década, aunque tal vez no de la siguiente) justamente para copar el mercado de las baterías para coches y para granjas híbridas de renovables. No solo de litio, también de fosfatos, titanio, uranio, vanadio y cosas así. Tiene un poderosísimo fondo soberano, no digo más. Hace poco se lanzó a la conquista del mercado de los coches eléctricos con precios muy competitivos –gracias a ese 'dumping' industrial– y con prestaciones de calidad y diseño bastante aceptables. Los grandes constructores de Occidente están esforzándose en ofrecer esos vehículos con una calidad muy superior a la china, pero a precios también muy superiores: el que fabrique en Europa y no aspire a vender en China verá con buenos ojos el asunto arancelario, pero los Bmw, Audi o Mercedes, que colocan mucho producto de lujo en aquél país, se sienten contrariados. Los dos, en cualquier caso, están sujetos a la trampa de que China controla el suministro de baterías y casi todas las fuentes más baratas de litio, como las de Bolivia o Afganistán, con lo que les tiene agarrados por donde el paciente al dentista. De ahí que Europa o EE.UU. protejan su industria mediante los dichosos aranceles e intenten de paso no dar la puntilla a su mercado con la precipitada política de la UE de acabar con los motores de combustible antes de una década.

Y en esto aparece Pedro Sánchez y su costumbre de decir ante cada auditorio lo que les gusta oír. Ha proclamado en Pekín su interés en acabar con políticas arancelarias, que es lo contrario que dirá en Europa cuando los que le escuchen sean otros, sin tener en cuenta que una de las vanguardias de electrificación del grupo Volkswagen es la marca española Cupra, que estarán encantados en que les combatan sin aranceles los BYD, los GEELY o los SAIC, chinos varios bien abrigados por las subvenciones de aquél país. Todo lo anterior no incluye la consideración de algunos expertos de que el coche eléctrico, por ahora, no parece el mejor futuro. Veremos, pues, como acaba este cuento chino.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios