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ANTIUTOPÍAS

La utopía fallida de Gustavo Petro

Todos estos proyectos, cimentados en las palabras bonitas, suelen conducir al fracaso

Tiempos de arbitrariedad

La nueva derecha y la libertad

Carlos Granés

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La situación es tan crítica, tan dramática y peligrosa, que miles de colombianos han tenido que cruzar la frontera para buscar refugio en la Venezuela de Maduro. Parece absurdo, y lo es, que una dictadura vesánica resulte más confortable que una democracia, pero cuando ... dos grupos mafiosos involucran a la población civil en su guerra interna no hay más opción que salir huyendo a donde sea. Ha ocurrido esta semana en el nororiente de Colombia, el Catatumbo, una zona infestada de cultivos de coca y disputada por las disidencias de las Farc y el ELN. Sus choques han dejado un balance de unas ochenta personas asesinadas y más de treinta mil desplazadas, pero no sólo eso. También han dejado moribundo el proceso de paz de Petro. La Paz Total, el núcleo del programa con el que ganó la presidencia, prometía el silencio de los fusiles y la coordinada reinserción de todos los grupos mafiosos, guerrilleros y paramilitares del país, hasta de las pandillas urbanas y los grupos criminales, por obra y milagro de la voluntad de Petro. La ambición descomunal de este propósito, su fatal desconsideración con la realidad, convertía desde el principio la Paz Total en una utopía. Prometía conseguir en cuatro años lo que no se había logrado en más de medio siglo, resolviendo de un tajo y al mismo tiempo todos los problemas del país. Tan seguro de sí mismo iba, que a Petro incluso le sobraba tiempo para detener el cambio climático y pacificar a la humanidad entera. Su plan era, en realidad, la Paz Total para Colombia y el mundo, como alguna vez dijo uno de sus cancilleres.

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