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ANTIUTOPÍAS

Gabriel Boric, entre la realidad y la poesía

En sus horas bajas, Boric hizo algo impensable para un político hispánico: reconoció sus errores

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Carlos Granés

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La poesía le ha hecho un daño enorme a la política latinoamericana. La ha teñido de sueños imposibles, épica grandilocuente y toda suerte de cursilerías, dramatismos e idealizaciones que impiden hacer diagnósticos acertados de la realidad. En el caso de Gabriel Boric, el presidente que ... atraviesa el ecuador de su mandato, esto fue evidente. Contaminado de poesía allendista, vio en el progreso material y económico que su país había experimentado en los últimos treinta años no un éxito, sino un fracaso. En lugar de enfrentar los desafíos de una modernización veloz y desigual, quiso convertir a Chile en la tumba del neoliberalismo. La noche de su posesión, evocando el lirismo de Allende, habló de las grandes alamedas que volverían a abrirse para que pasaran el hombre y la mujer libres. La historia que se había detenido en 1973 retomaba su camino. Daba a entender con estos versos que los años de mayor prosperidad, varios de ellos gobernados por la izquierda, habían sido un despropósito.

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