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ANTIUTOPÍAS

El error de Milei

Este descalabro resultaba muy doloroso porque afectaba su mayor activo, la imagen de infalibilidad que había cosechado

Petro desencadenado

La Amazonía en Madrid

Carlos Granés

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Javier Milei avanzaba entre la fascinación y el odio de la opinión pública. Confirmaba las certezas de sus seguidores con resultados macroeconómicos más que notables, y le daba la razón a sus críticos cada vez que se mostraba intolerante, dispuesto a sacar del espacio público ... a cualquiera que se atreviera a no darle la razón en todo. Esa era la ambigüedad que producía Milei: la poda que estaba haciendo a la absurda maraña regulatoria argentina despertaba la confianza de los mercados, pero su política, de baja calidad y cada vez más escorada hacia formas tradicionalistas y caudillistas de liderazgo, generaba repudio. Milei se debatía entre la seda y la bosta, como escribió el historiador argentino Luis Alberto Romero: un manejo sofisticado de las finanzas públicas, ensombrecido por batallas culturales nocivas y fétidas.

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