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Por lo que sea

Hablar de dinero

Se vive mejor en la ignorancia, y a partir de una edad la ignorancia también se compra, como todo

El calor no es el verano

El nuevo punk está en la política

Bruno Pardo Porto

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No es descartable que la infancia termine el día que uno escucha a sus padres hablar de dinero, y lo entiende: no suelen ser buenas noticias. Con el dinero ocurre como la salud, que solo es un tema de peso cuando falta; cuando sobra, ¿a ... quién le importa? ¿No es más interesante el verano, la metafísica, el ciclismo? ¿Y qué hay del mar, de las alpargatas, de Grecia, de los dioses? Los viejos ricos británicos han convertido el dinero en un misterio, como dice Andrew O'Hagan, que no sabe cuánto tiene en el banco su mujer, ni ella lo que tiene él, y se entienden, y tal vez por eso son felices. En 'Caledonian Road', su última novela, escribe sobre un hombre torturado que lucha por no perder su estatus socioeconómico y sufre en silencio mientras su esposa disfruta alegremente de los lujos de siempre, que consisten, en esencia, en no mirar nunca la cuenta, y ocupar el tiempo con otras cosas. Se vive mejor en la ignorancia, y a partir de una edad la ignorancia también se compra, como todo. Y no es barata.

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